martes, 23 de marzo de 2010

DECLARATORIA DE LOS PUEBLOS ORIGINARIOS DEL MUNDO

Ante los espíritus del cielo y la naturaleza, nuestros primeros padres.
Ante los corazones del cielo y la tierra, nuestras primeras madres.
En ceremonia universal e intercultural...


















Los Pueblos Originarios del Mundo, defensores de la vida y la salud, declaramos:


Desde los Andes milenarios, desde el sitio de Pumapungo, en Tumipamba, Cuenca - Ecuador, lugar sagrado Kañari-Inka de Abya-Yala, reunidos en la II Asamblea Mundial de la Salud de los Pueblos, henchidos por el torrente de nuestra inmensa tradición histórica y libertaria, acudimos orgullosos de nuestra convivencia sana y armoniosa con el hombre y la naturaleza, para decirle al mundo que la actual crisis caracterizada por la explotación, inequidad y discrimen, debe llegar a su fin.

Decirle que nosotros, los pueblos originarios del mundo, hemos decidido mantenernos unidos para hacer frente a las pretensiones hegemónicas y globalizantes que empujan a la desaparición de nuestras culturas originarias, de nuestros conocimientos y saberes ancestrales; que no estamos dispuestos a permitir que continúen contaminando los frutos de la tierra, y que se privaticen el agua, las semillas y los frutos fertilizados por nuestro Sol.
















En momentos en que los responsables de la crisis ensayan nuevas estrategias para ampliar su rentabilidad, cuando es evidente su deseo de apropiarse de nuestra sabiduría milenaria, patentando para su beneficio nuestro patrimonio genético presente en la Madre Tierra; cuando su maquinaria bélica, ha sometido a nuevas y diferentes etapas de invasión, ocupación e incluso exterminio, matando la alegría de los niños y niñas.


















Hoy, juntamos nuestras voces para exigir:


* Se considere la cultura de los pueblos originarios como Patrimonio de la Humanidad.
* Se valoren nuestra ciencia y conocimientos ancestrales como aportes al desarrollo de la mayor parte de disciplinas y tecnologías.
* Que los gobiernos concreten los reconocimientos constitucionales sobre el derecho de los pueblos originarios.
* Que se detenga el uso de agro tóxicos que atentan la vida de los elementos de la naturaleza y del hombre.
* Que se deje de considerar la salud como una mercancía sujeta al libre juego del mercado y que los gobiernos destinen recursos para la salud de los pueblos.
* Que se generen acciones concretas para derrotar la enfermedad de la pobreza en los países del Tercer Mundo.
* Que los gobiernos eliminen de su presupuesto rubros destinados para la guerra.
* Que no se permita en territorios de países pobres la instalación de bases militares, plataformas, radares y chimeneas destinadas a la industria de la muerte o a la agresión de los seres humanos.
* Que se castiguen las prácticas xenófobas y discriminatorias contra los pueblos originarios en el mundo.
* Que se convoque a construir un mundo nuevo, en el que la salud de los pueblos sea la expresión de su alegría, solidaridad y armonía.
* Que se concrete en esta declaratoria, la instauración de este milenio como el de los Pueblos Originarios del Mundo.

A soñar, y multiplicar nuestros sueños de esperanza de que otro mundo es posible.

¡Por el presente, por el futuro: el tiempo ha llegado, las voces de la tierra nos convocan. Y nosotros, por miles y miles hemos retornado!



Tumipamba, 17 de julio de 2005
Apertura de la II Asamblea Mundial de la Salud de los Pueblos
Cuenca, Ecuador.


"VAMOS A ESTAR CUANDO TODOS SE HAYAN IDO"

Por: María Laura Carpineta
Llegaron en el ’98, con los huracanes, como un contingente de ayuda. Después del sismo fueron referentes para todos los médicos.
Más de 34.500 pacientes, 2728 operaciones –de ellas, 1297 cirugías de alta complejidad–, 380 amputaciones de miembros superiores y 644 de miembros inferiores. 744 médicos, enfermeros y laboratoristas, 18 equipos quirúrgicos, tres hospitales estables en Puerto Príncipe y centros de atención en los 10 departamentos de Haití. Ese era el resumen de las dos semanas posteriores al terremoto que hicieron el viernes a la noche las brigadas médicas cubanas en una tienda de campaña en el corazón de la capital haitiana.
Los cubanos no aterrizaron en Haití como héroes en helicópteros de guerra frente al Palacio de Gobierno en ruinas ni deslumbraron al mundo rescatando de entre los escombros a ancianos y bebés dejados por muertos. No. Los médicos cubanos llegaron hace muchos años y en silencio. Y en silencio también fueron los primeros en atender a las víctimas del terremoto, junto a los profesionales del Hospital Reubicable de la Fuerza Aérea argentina. Y en silencio también serán los que se queden cuando la atención internacional se desvanezca.
“Muchas delegaciones ya empezaron a irse y la ayuda que llega no es la misma que al principio. Como lamentablemente pasa, en algunos días aparecerá otra tragedia, en otro país, y el pueblo de Haití quedará en el olvido y librado a su propia suerte”, diagnosticó el jefe de la misión médica permanente de Cuba en el devastado país caribeño, Carlos Alberto García Domínguez.
La historia le da la razón. La Habana envió a sus primeros médicos a Haití después del huracán George en 1998, cuando el 80 por ciento de los cultivos del país más pobre del continente había quedado totalmente destruido y la ONU pronosticaba una crisis humanitaria. Desde entonces, se enfrentaron a una serie ininterrumpida de huracanes y tormentas tropicales, que dejaron al país bajo el agua una y otra vez y a miles de personas muertas. En cada desastre natural vieron llegar la ayuda del mundo y la vieron irse. El martes 12 de enero, cuando la tierra comenzó a moverse y los edificios a agrietarse, las brigadas cubanas eran la única fuerza médica con insumos y capacidad para atender a víctimas en todo Haití.
“En un primer momento se montó un hospital de campaña donde viven nuestros médicos, en la parte de atrás del Palacio de Gobierno. Se montaron unas carpas, incluyendo un quirófano, y se comenzó a operar”, relató vía telefónica el doctor García Domínguez. Según contó, no tuvieron que ir en busca de las víctimas; las colas se armaron apenas dos horas después del terremoto en la plaza más cercana. “Hace mucho que estamos acá y la gente sabe dónde vivimos”, explicó. En esa tienda de emergencia se hicieron las primeras amputaciones. “Teníamos anestesia, pero sólo para aplicarla en dosis locales. Es algo terrible tener que amputar un miembro con anestesia local”, recordó.
El veterano médico habla con la calma de quien está acostumbrado al caos, la tragedia y el dolor. Hace más de un año y medio que está trabajando en Haití como jefe de la misión cubana. Cuando el terremoto sacudió al pequeño país caribeño estaba justo de vacaciones en La Habana, según contó con una mezcla de vergüenza y bronca. Ese mismo día juntó a una brigada médica de refuerzo, litros de plasma y sangre y cargó todos los insumos básicos que le entraron en el vuelo charter.
Cuando llegó, sus compañeros en Puerto Príncipe hacía 24 horas que operaban sin parar. “Lo primero que hice fue hablar con la seguridad de los hospitales públicos que estaban en pie para que nos abrieran las puertas”, recordó. La segunda noche después del terremoto, la misión cubana operaba y atendía pacientes en tres hospitales de Puerto Príncipe.
“Lo más difícil –aseguró– fue intentar que los pacientes operados se quedaran internados. Estaban aterrorizados y no querían quedarse dentro del edificio. Tuvimos que instalar carpas afuera, en las calles y los parques, aunque no era lo más higiénico.”
Con la llegada de misiones médicas y ayuda internacional la situación fue mejorando de a poco, explicó García Domínguez. En las últimas dos semanas profesionales de España, Chile, Venezuela, Colombia y Alemania se sumaron al trabajo contra reloj en los hospitales manejados por los cubanos. Lo mismo hicieron unos 400 haitianos recién recibidos o a punto de terminar sus estudios de Medicina en La Habana.
La misión de médicos argentinos que volvió al país la semana pasada también trabajó junto a los cubanos, a quienes les derivaban los pacientes quirúrgicos en Puerto Príncipe y en otras ciudades afectadas, como Leogane. “Se pusieron totalmente a nuestra disposición”, recordó con agradecimiento Selva Font, voluntaria de Cascos Blancos.
Estados Unidos, en cambio, se niega a acercarse a los cubanos. Sin contar la misión de paz de la ONU, Washington y La Habana son los dos países con más gente desplegada en el devastado país. El gobierno cubano y hasta el mismo Fidel propusieron una cooperación humanitaria. La Casa Blanca optó por el silencio, aun después de que Cuba le cediera su espacio aéreo para que la ayuda norteamericana tardara cinco horas menos en llegar a Puerto Príncipe.
Según el relato que hizo García Domínguez, la capital haitiana intenta volver a pararse. Algunos negocios venden agua y combustible, y la vida comercial está reviviendo de a poco. La electricidad, en cambio, sigue siendo sólo un recuerdo. “En cualquier otro país eso significaría caos, pero acá ya estamos acostumbrados. La electricidad nunca fue estable en Haití”, explicó el médico.
De día, aseguró, la ciudad parece estar ganando de vuelta su ritmo. Pero al caer la noche se ve la verdadera dimensión de los estragos que dejó el terremoto. “Las avenidas más grandes de la ciudad se llenan de gente. Es algo terrible. Son personas y personas, durmiendo una al lado de la otra. No son algunos, sino casi toda la población”, describió.
Tres semanas después del terremoto y con las primeras señales de recuperación apenas asomando, los contingentes extranjeros ya organizan su salida definitiva. “Es una pena porque el pueblo haitiano aún nos necesita”, se limita a comentar García Domínguez. Su equipo de casi 800 médicos y enfermeras, en cambio, se dedica a hacer planes: campañas de vacunación contra el tétanos, despliegue en todo el país de brigadas de control higiénico y epidemiológico, fumigaciones y la llegada de un equipo de salud mental para ocuparse de la gente que perdió más que su casa y su negocio.
“La verdad es que a uno le choca ver que los haitianos no han logrado recuperarse de una tragedia y ya les está cayendo otra. Nos desconcierta –aseguró, y se tomó un segundo para ahogar la tristeza, que se escapa entre sus palabras–. Pero lo que nos queda es que prevalece la voluntad. Uno nunca pierde el optimismo de que este pueblo tenga un futuro mejor, porque realmente lo merece.” Por eso él y sus compañeros se quedan en Haití, porque para ellos las palabras de esperanza que hoy repite el mundo entero no son sólo una expresión de deseo.
I ENCUNETRO DE ECOLOGISTAS INFANTILES

Cuenca – Ecuador
Fecha: 12 de marzo de 2010
Hora: 8h30 a 12h30
Lugar: Espacios verdes de la facultad de Ciencias Medicas de la Universidad de Cuenca.
Movimiento Para la Salud de los Pueblos

La Vida es un a Rueda Infantil

Todo depende de todo, la vida es un círculo, una rueda donde se equilibran todos los elementos; El bosque sostiene al aire…El aire al río…El río al bosque…
Todo depende de todo.
Los gases del petróleo y el carbón provocan el efecto invernadero; La tierra se recalienta…Más contaminación significa menos agua…Más sequía…Menos bosques…Más desiertos… Menos vida.
Ninguna mina ni actividad minera puede ser buena. No podemos sembrar oro o plata, o cobre y cosechar al año siguiente el doble.
Sólo lo que no destruye y sirve para todas las generaciones es bueno. Nuestra tierra es buena, ahí podemos sembrar, aprender, reír, amar, cosechar.
Todo depende de todo. Porque, nos guste o no, los seres humanos tenemos nuestras vidas entrelazadas como en una rueda infantil. Por eso les convocamos a construir una gran rueda infantil para que nadie, ni nada destruya nuestro Quimsacocha, nuestro Molleturo, nuestro Yasuni…
Vamos a reunirnos entonces los niños y niñas junto con nuestros profesores, mamá y papá que amamos nuestra Pacha, vamos a pintar, a danzar, bailar, jugar, cantar… y decirle a los gobernantes que no se inicie la explotación petrolera en el Yasuni, que no se de paso a la explotación minera en Quimsacocha y Molleturo.

Programa:
Festival de danza infantil
Bandas de Pueblo
Espacio de Juegos infantiles
Títeres, teatro, música, cuentacuentos.
Espacio de Pintura Infantil: Los niños y niñas pintan a nuestra madre naturaleza.


“No hemos heredado la Tierra de nuestros antepasados. La tenemos en préstamo de nuestros hijos e hijas”.


FRATERNALMENTE EQUIPO COMUNICÁNDONOS
GUARDIANES DEL AGUA ARGENTINA


Queridos chicos de Ecuador:

Somos niñas, niños y maestras de la Escuela Leopoldo Lugones de Las Tapias, en la provincia de Córdoba, Argentina.
Todo comenzó cuando un día Silvina nos contó que se iba a realizar en Cuenca la 1º Jornadas de Ecologistas Infantiles Guardianes del Agua, y nos invitó a participar.
A pesar de la distancia nosotros también vivimos problemáticas en relación a este líquido vital que nos une a ustedes. Aquí sufrimos de escasez, mal uso y contaminación.
Movilizados por lo que sus comunidades padecen, no lo pensamos más y nos pusimos “manos a la obra”. Entonces fue como decidimos que nosotros también queríamos contarles como vivimos aquí y ver en qué estado está el agua de nuestra comunidad.
Cada grado pensó en algo para hacer y expresar en relación al agua, y fue así como una idea que en un principio fue chiquita, con el entusiasmo de todos fue creciendo más y más.

Los chicos de 1º grado estaban aprendiendo las vocales, y con la ayuda de los chicos de 2º grado cantaron la canción “La mar estaba serena…” usando todas las vocales. Los chicos de 2º los acompañaron imitando los movimientos del mar, con sábanas y cintas celestes.
Luego todos los chicos se sentaron en el piso a dibujar.

Los chicos de 3º grado investigaron sobre la potabilización del agua. Para ello fueron a buscar una muestra de agua al arroyo después de un día de lluvia, y descubrieron que el agua estaba sucia, con mucha cantidad de barro.
Para poder hacer comparaciones e investigar cuáles son las condiciones del agua que se consume en la escuela, se sacó una muestra de la canilla y también trajeron agua potable de una ciudad cercana.
Para poder analizarla la pusieron en tubos de ensayo, y en el microscopio observaron las diferencias entre las muestras.
Comprobaron que el agua que ellos toman está en malas condiciones, lo cual produce enfermedades que afectan a la población.

Los chicos de 4º y 5º grado inventaron frases chistosas, de amor y de concientización sobre el uso del agua. Pero también quisieron expresarlo con el cuerpo, representando una obra de teatro para la cual ellos mismos hicieron los disfraces.
También juntaron y reciclaron latas de gaseosa, haciendo lapiceros para tener en las aulas.

Todos dibujamos y pintamos, escuchamos música y sobre todo disfrutamos de todo lo que hicimos, con la ilusión de que ustedes que son niñas y niños latinoamericanos como nosotros, puedan saber que nosotros también somos Guardianes del Agua.

“Estamos en contra de las políticas de gobierno, dijeron que iban a tener un rostro maya, es mentira, es un insulto”

Hugo Icú, lider kaqchikel, miembro de la Asociación de Servicios Comunitarios de Salud Asecsa, Chimaltenango, e impulsador de la II Declaración de Ixim Che’, coordinado por la Convergencia Nacional Maya Waqib’ Kej, demanda la importancia de la reivindicación de la lucha de los pueblos mayas existentes en Guatemala que desde hace treinta años fueron señalados. Propone una refundación del Estado guatemalteco con un modelo plurinacional en defensa del territorio y de la madre tierra.

¿Qué es la declaración de Ixim Che’ (22 feb. 1980)?
Esa primera declaración es un documento histórico de mucha importancia. Hace treinta años muchos líderes se reunieron para revisar la historia de discriminación y el racismo que ha existido en contra de nuestros pueblos desde la colonia. El panorama continúa siendo el mismo.

¿Cuáles son esos puntos que siguen vigentes?
Por ejemplo, las explotaciones mineras, las cementeras y la Franja Transversal del Norte, son cuestiones de la nueva invasión territorial, donde se enmarcan violaciones.

¿Cómo ve el proceso para la segunda declaración de Ixim Che’?
Es muy importante, hay mucha gente comprometida con luchas de los pueblos indígenas conformados por varias organizaciones, porque las situaciones se tienen que ir enfrentando con luchas en la calle, lamentablemente algunas tienen que ser con sangre. Acá hay gente luchadora.

¿A cuántos participantes invitaron para este evento?
Unos 150 líderes de todas partes del país.

¿Por qué la coincidencia con el nuevo año maya (5126 julajuj kej)?
Lo hicimos a propósito, precisamente después del Wayeb’(semana sagrada maya), no solamente para celebrar, sino como un evento político a comenzar.

¿Cuál es ese movimiento político que señala?
Estamos en contra del opresor como hace 30 años, tenemos un Estado discriminador cooptado por los empresarios y las medidas capitalistas y neoliberales. Tenemos que tener una posición clara en defensa del territorio y de la madre tierra, de oposición contra los poderosos.

¿Qué quiere decir al hablar de una refundación del Estado guatemalteco?
Este Estado hay que cambiarlo, hay que transformarlo. En primer lugar debe reconocer las diferentes nacionalidades para ser un Estado plurinacional.

¿Qué piensa del divisionismo de los pueblos indígenas en Guatemala?
Han existido muchos elementos de separación, como la lucha armada y las religiones. No se puede pedir en poco tiempo una unidad definitiva porque generaciones completas de dirigentes fueron acabadas.

¿Cómo ve los programas solidarios del actual Gobierno?
Nosotros estamos en contra de las políticas de gobierno, dijeron que iban a tener un rostro maya, es mentira, es un insulto. Con tal de comprar la dignidad de nuestros líderes les dan machetes, azadones y abonos. Como Coordinadora de Convergencia Maya Waqib’ Kej, estamos en contra totalmente de esas migajas.

¿Por qué dejan que el presidente Colom siga utilizando políticamente la cultura maya?
La organización Waqib’ kej (6 venados), se lo dijo de frente, que su postura es un insulto, un impostor, los guías tendrán que analizar esa situación. Se espera que con la segunda declaración, el Gobierno y la comunidad internacional pongan más atención en los pueblos mayas en Guatemala, de lo contrario la lucha será con hechos y movilizaciones masivas.


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Derechos indigenas, discriminacion indigena, indigenous discrimination, indigenous racism., reivindicacion derechos
EL GRAN NEGOCIO TRANSNACIONAL DE LOS MEDICAMENTOS

Por: Pedro Rivera

La producción de medicamentos constituye uno de los componentes más importantes, más sólidos y más poderosos, conque cuentan en la actualidad las gigantescas corporaciones transnacionales, que luego de la reestructuració n que hiciesen de su producción de plaguicidas, se autocalificarán como “industrias de las ciencias de la vida”, al pasar a controlar virtualmente todas las actividades esenciales para los seres humanos en todo nuestro planeta.
Así, Syngenta, Monsanto, Bayer y otras, poseen una concentración de intereses y un poder casi absoluto de áreas tan vitales, además del lucrativo mercado farmacéutico, que comprende a las semillas agrícolas, los productos veterinarios, los plaguicidas, la biotecnología y el transporte y distribución de alimentos. Esto explica en gran medida, muchas de las particularidades que hoy rodean y definen a una industria farmacéutica, mucho más identificada con conceptos como rentabilidad económica, acumulación de capital y beneficios, que en curar y salvar
vidas humanas.

En un mundo donde un niño menor de diez años muere cada cinco segundos por hambre; más de 60 millones de mujeres dan a luz sin asistencia médica; 2,400 millones de personas carecen del acceso a servicios sanitarios básicos; una tercera parte del planeta, según la OMS, no tienen acceso a los medicamentos esenciales y más de 10 millones de niños mueren anualmente por enfermedades para las que existen tratamientos; la poderosa industria farmacéutica, concentrada en un puñado de empresas de países altamente desarrollados y que monopolizan más del 85% del valor de la producción mundial de fármacos, en buena parte protegidos por un sistema de patentes totalmente injusto, arbitrario y fuera de control, genera utilidades superiores a los 446 mil millones de dólares anuales.
Su poder es tal magnitud que imponen sus precios, discriminan en sus ventas, aplastan las producciones locales, sobornan políticos, médicos y autoridades de salud pública, en un negocio donde prevalece cada vez menos la ética y la salud y sí la codicia y el mercantilismo más rampante. De ese modo, lo que realmente le interesa a la gran industria farmacéutica, no es la producción de medicamentos para curar, sino, como bien afirmara el premio Nóbel de medicina de 1993, Richard J. Roberts, en entrevista en mayo del 2008 a la revista Autogestión, que el verdadero interés de éstas empresas por los fármacos es “sólo para cronificar dolencias con medicamentos cronificadores mucho más rentables que los que curan del todo y de una vez para siempre”. Más concretamente: clientes, pacientes y
usuarios; pero nunca, ni lo suficientemente muertos ni lo suficientemente
sanos.

Esta pronunciada y cínica orientación del negocio farmacéutico transnacional, se descubre en toda su amplitud cuando advertimos que la venta de drogas para mejoramiento estético, reducir peso corporal, dominar el stress o superar la impotencia, es decir, para gente esencialmente sana, representa una de sus principales preocupaciones investigativas y es la que les genera sus mayores ingresos.

Esto demuestra que la investigación y desarrollo de nuevos medicamentos, cuyo más alto volumen de producción y consumo se realiza en los países altamente industrializados, además de estar adaptada a sus condiciones socioeconómicas con niveles de prevención, higiene y alimentación diferentes a los que tienen los habitantes de los países del llamado Tercer Mundo, está dirigida hacia los sectores de la población mundial que disfrutan de ingresos sustanciales o cuentan con dolencias o padecimientos altamente lucrativos.

Por ello no resulta exagerado conocer, que casi el 90% del presupuesto que estas poderosas industrias destinan a la investigación y desarrollo de nuevas drogas, persigue el interés de atender los problemas de salud de sólo el 10% de la población mundial. A esto se añade que otro elemento queexhibe el verdadero móvil del multimillonario negocio farmacéutico, lo encontramos en el impresionante gasto que realizan en sus renglones de comercialización y publicidad.
Sólo en el área de comercializació n admiten sin mucha reserva, que invierten más de tres veces lo que gastan en investigación y desarrollo y que el monto de su publicidad para los países capitalistas desarrollados, ronda el 30% del valor total de sus ventas. Precisamente en el campo de la publicidad emplean “todas las tácticas conocidas en el mundo capitalista: folletería de lujo, publicidad por saturación, muestra gratis, viajes, obsequios, conferencias, control de publicaciones y, lo más importante, visitas reiteradas de vendedores especializados (“representantes” o “visitadores” médicos)”¹

La salud, que junto a la educación y a la alimentación, constituyen derechos básicos de cualquier ser humano con total independencia de su nivel de ingreso, aparece, para felicidad y complacencia de la industria farmacéutica transnacional, considerada como una mercancía más en los tratados de libre comercio y en la OMC. Allí se discuten e imponen normativas sobre propiedad intelectual y acceso a los medicamentos, que tienen un efecto dramático y devastador sobre la salud de millones de personas en el mundo y, principalmente sobre pacientes de países pobres con SIDA, Alzheimer, afecciones cardíacas, hipertensión y otras.
Las patentes sobre medicamentos, basados muchos de ellos en compuestos bioquímicos y conocimientos tradicionales recogidos o robados en las regiones tropicales y subtropicales, niegan toda la teoría económica liberal fundada en el libre comercio, al sustentarse irónicamente en el proteccionismo y los derechos monopólicos. Este privilegio que limita sensiblemente la competencia entre las empresas, ejerce una fuerte restricción sobre la fabricación y distribución de fármacos genéricos que son producidos por países como India, Brasil y Tailandia y que pueden costar hasta un 50 por ciento menos que los medicamentos patentados.


Los genéricos no solamente han demostrado ser más baratos y muy exitosos como equivalentes terapéuticos de los productos de marca, --la experiencia brasileña en el tratamiento del SIDA así lo confirma-- sino que representan un ahorro considerable de divisas para los países pobres. Esto explica las razones que llevaron a los 146 países miembros de la OMC a fines de agosto del 2003, a poner en práctica parcialmente el punto # 17 de la Declaración ministerial de Doha, que recalca que el Acuerdo relativo a los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual, “se interprete y aplique de manera que apoye la salud pública, promoviendo tanto el acceso a los medicamentos existentes como la investigación y desarrollo de nuevos medicamentos”. Con dos años de retraso y luego de ocho meses de bloqueo por Estados Unidos, el acuerdo alcanzado permite que los países pobres,puedan tener acceso a fármacos de bajo precio para luchar contra las
enfermedades únicamente infecciosas.


Pero esta decisión, que distó mucho de poner en peligro a las principales patentes farmacéuticas y sus jugosos beneficios, no fue bien recibida por las poderosas empresas que hay detrás. Nada tardaron en la Unión Europea para manipular la normativa aduanera y bajo el supuesto de sospechas de falsificaciones médicas protegidas por propiedad intelectual, obstaculizar hasta por seis meses en aeropuertos de Holanda y Alemania principalmente, el comercio de fármacos genéricos legítimos. De todos modos, incautar o retener remesas médicas legales por presiones de empresas farmacéuticas multimillonarias, es un acto no sólo criminal, sino absolutamente inmoral, y pone de manifiesto la estrecha colusión existente entre estos Estados y sus omnipotentes industrias farmacológicas.
Precisamente es este vínculo el que sirve para explicarnos las exageradas
exigencias que aparecen en los capítulos de propiedad intelectual de los TLC y que en la mayoría de las ocasiones, rebasan todo lo previsto hasta ahora en las normativas y discusiones en la OMC. En esas tratativas y aprovechándose de la debilidad de los países con los que negocian, terminan por imponerles períodos superiores a los 20 años de vigencia para sus patentes; protección para sus datos de prueba de 5 a 10 años; descartar hasta el uso de la salvaguardia más importante que permite la OMC: las licencias obligatorias.

Naturalmente que nadie puede objetar la lucha necesaria contra las falsificaciones o adulteraciones de productos farmacéuticos y todos los países deben adoptar las medidas que consideren indispensables. Con esto se frenaría ampliamente un negocio que logra falsificar el 10% de los medicamentos disponibles en el mercado mundial, generando más de 40 mil millones de dólares al año. Actividad que no sólo representa la distribución y consumo de fármacos ineficaces, sino que además, puede causar víctimas fatales como las casi doscientas personas que en el 2006, fueron envenenadas con dietileneglycol en Panamá o el tráfico de efedrina y medicamentos adulterados descubierto en Argentina en agosto del 2008 y que terminó con un triple homicidio.
No obstante, también es preciso exigir responsabilidades a los laboratorios farmacéuticos transnacionales, cuando prefieren escoger las ganancias y el lucro, en lugar de salvaguardar la salud y la vida de los seres humanos. No es necesario explicar mucho esto para saber de lo que hablamos. Allí están los ejemplos con el antiinflamatorio Vioxx (rofexocib) de la empresa Merck, misma que según Peter Gillespie, tenía en Estados Unidos a principios del 2007, “2,300 millones de dólares por conceptos de impuestos no pagados por transferir sus patentes de medicamentos a una compañía fantasma en Bermuda y luego deducir de sus impuestos las regalías que se pagó a sí misma”.²
Del mismo modo, encontramos el antibiótico Baytril de los laboratorios Bayer, que hace algunos años atrás fue prohibido parcialmente por la FDA (Agencia de Drogas y Alimentos de Estados Unidos), ya que pese a estar recomendado para uso veterinario, se descubrió que “afectaba sensiblemente la acción de algunos productos con destino similar en los humanos”. También de la Bayer, empresa responsable de varios tóxicos agrícolas, hubo que retirar el Lipobay (Cerivastatina) , recomendado para combatir el colesterol, cuando se demostró ser el causante de miles de muertes por infartos. Pfizer, otro poderoso laboratorio farmacéutico, tuvo problemas similares en el 2004 con dos de sus medicamentos estrellas: Celebrex y
Bextra (valdecoxib) .

Estas pocas muestras del comportamiento de la industria farmacéutica, ponen de manifiesto que la lógica mercantil que impera en sus actividades, carece por completo de ética. En ella es muy común la demora en reconocer los efectos secundarios de sus productos y retirarlos del mercado, aún a costa de la vida de las personas; abultar sus costos de investigación y desarrollo para justificar el precio de sus sustancias patentadas; lanzar versiones modificadas de productos existentes, sin que representen ningún adelanto químico significativo; y aprovecharse con mucha efectividad del considerable apoyo económico que les brindan generosamente los Estados altamente desarrollados. En resumen, las transnacionales de los medicamentos están más ligadas a los intereses de Wall Street, que son a su vez los del avasallador mercado, que a las necesidades más apremiantes de toda la Humanidad.

Notas:
1) Sanjaya Lall. Los efectos de la tecnología avanzada en los países en
desarrollo: el caso de la industria farmacéutica. Revista Comercio
Exterior de México. Noviembre de 1976.
2) Peter Gillespie. El negocio offshore. Servicio de Noticias de la Red
del Tercer Mundo. 30 de julio de 2007. (Fuente: Argenpress)
UNA JOVEN MIXTECA EN LA GRAN MANZANA

“Nueva York no es como la pintan”

Diana es una migrante mexicana en Nueva York. Es mixteca y forma parte del Movimiento por Justicia en El Barrio, que lucha contra el desalojo de sus viviendas en el Este de Harlem.”Muy pronto, después de haber llegado aquí, empecé a vivir en carne propia el rechazo y la discriminación”, dice esta joven originaria de Guerrero.
Testimonio recogido en Nueva York, Estados Unidos, por Movimiento por Justicia en El BarrioNo 1
Ligas Sobre el Movimiento por Justicia en El Barrio Mensaje del Movimiento por Justicia en El Barrio al festival de la Digna Rabia Zapatismo urbano e Nueva York.
Soy Diana. Tengo 16 años y a los 15 ya no aguantaba estar lejos de mis padres y me vine a Nueva York. Soy indígena mixteca, de Tlapa de Comonfort, Guerrero.
Antes de venirme, mi única imagen de Nueva York era las que enseñan en la televisión, como Las Torres Gemelas y la estatua de La Libertad y los edificios lujosos de Manhattan. Cuando llegué me quedé muy sorprendida porque nunca imaginé cómo era en realidad la Nueva York del pueblo sencillo y humilde. No sabía que existía otro Nueva York que lo que se promueve en la televisión.
Aquí donde vivimos, en el Este Harlem, también conocido como El Barrio, es muy diferente de lo que yo creía que iba ser esta ciudad. Esta zona está llena de paisanos mexicanos y afroamericanos. Hay muchos vendedores ambulantes y puestos donde se vende comida típica mexicana. Esta realidad me ha hecho recordar lo que me decía mi tío Ray, que “Nueva York no es como te lo pintan” y esa es la verdad.
Nací en Tlapa de Comonfort y por culpa del mal gobierno fui forzada de dejar mi país. Ahora en Nueva York enfrento la discriminación cotidiana por ser una migrante. Por eso decidí unirme a mis vecinos y luchar por justicia.
En Tlapa nuestro pueblo vive con una gran falta de agua y falta de ayuda médica.