jueves, 18 de febrero de 2010

MOVIMIENTO PARA LA SALUD DE LOS PUEBLOS

SOLIDARIDAD CON TRABAJADORES DE LA SALUD APRESADOS EN FILIPINAS


El Movimiento para la Salud de los Pueblos, integrado por movimientos sociales,
movimientos comunitarios, asociaciones por el derecho y la defensa de la salud
pública y colectiva; así como por instituciones académicas, intelectuales,
investigadores…

Condenamos:

El apresamiento ilegal de 43 trabajadores comunitarios y profesionales de la salud
en la provincia de Rizal en Filipinas. Los trabajadores fueron sometidos mientras asistían a un Taller de entrenamiento organizado por CDH (Council for Health and Development) . El CDH se convirtió en el frente de rescate y apoyo a las víctimas de las áreas desoladas por los tifones en los pasados meses en Filipinas.

Los reportajes iniciales informan que aproximadamente 300 militares y policías
irrumpieron en casa de la Dra. Melicia Velmonte, reconocida y respetable profesional, especialista en enfermedades infecciosas.
Nosotros, miembros del MSP/PHM (Movimiento para la Salud de los Pueblos) nos
solidarizamos con los colegas profesionales de la salud que de forma heroica
ponen en riesgo su vida trabajando en condiciones extremas, llevando la salud a
áreas de extrema pobreza donde el sistema público de salud no ha sido capaz de
llevar a cabo su acción.

Exigimos:

La inmediata libertad de los trabajadores y activistas de salud.
Llamamos a las organizaciones de derechos humanos a velar por las vidas y la salud de estos profesionales cuyo único delito es haberse preocupado por la salud de los más pobres.

Carta de Solidaridad
Usted puede enviar una carta exigiendo la libertad de los trabajadores de la salud en Filipinas a la siguiente dirección:
H.E. Gloria Macapagal-Arroyo
President of the Republic
Malacañang Palace,
Jp Laurel St., San Miguel
Manila Philippines
Fax: (+632) 742-1641 / 929-3968
E mail: corres@op.gov. ph
opnet@op.gov. ph

Ge. Avelino Razon, Ret. PNP, Presidential Adviser on the Peace Proccess, Office of
the Presidential
E mail: osec@opapp.gov. ph

Leila
de Lima, Chairperson, Comimission on Human Rigthts
E mail: chr.delima@yahoo. com

Solidariamente,
PHM
MOVIMIENTO PARA LA SALUD DE LOS PUEBLOS

martes, 9 de febrero de 2010

Los pecados de Haití
Eduardo GaleanoLa democracia haitiana nació hace un ratito. En su breve tiempo de vida, esta criatura hambrienta y enferma no ha recibido más que bofetadas. Estaba recién nacida, en los días de fiesta de 1991, cuando fue asesinada por el cuartelazo del general Raoul Cedras. Tres años más tarde, resucitó. Después de haber puesto y sacado a tantos dictadores militares, Estados Unidos sacó y puso al presidente Jean-Bertrand Aristide, que había sido el primer gobernante electo por voto popular en toda la historia de Haití y que había tenido la loca ocurrencia de querer un país menos injusto.


El voto y el veto

Para borrar las huellas de la participación estadounidense en la dictadura carnicera del general Cedras, los infantes de marina se llevaron 160 mil páginas de los archivos secretos. Aristide regresó encadenado. Le dieron permiso para recuperar el gobierno, pero le prohibieron el poder. Su sucesor, René Préval, obtuvo casi el 90 por ciento de los votos, pero más poder que Préval tiene cualquier mandón de cuarta categoría del Fondo Monetario o del Banco Mundial, aunque el pueblo haitiano no lo haya elegido ni con un voto siquiera.

Más que el voto, puede el veto. Veto a las reformas: cada vez que Préval, o alguno de sus ministros, pide créditos internacionales para dar pan a los hambrientos, letras a los analfabetos o tierra a los campesinos, no recibe respuesta, o le contestan ordenándole:
-Recite la lección. Y como el gobierno haitiano no termina de aprender que hay que desmantelar los pocos servicios públicos que quedan, últimos pobres amparos para uno de los pueblos más desamparados del mundo, los profesores dan por perdido el examen.

La coartada demográfica

A fines del año pasado cuatro diputados alemanes visitaron Haití. No bien llegaron, la miseria del pueblo les golpeó los ojos. Entonces el embajador de Alemania les explicó, en Port-au-Prince, cuál es el problema:
-Este es un país superpoblado -dijo-. La mujer haitiana siempre quiere, y el hombre haitiano siempre puede. Y se rió. Los diputados callaron. Esa noche, uno de ellos, Winfried Wolf, consultó las cifras. Y comprobó que Haití es, con El Salvador, el país más superpoblado de las Américas, pero está tan superpoblado como Alemania: tiene casi la misma cantidad de habitantes por quilómetro cuadrado.
En sus días en Haití, el diputado Wolf no sólo fue golpeado por la miseria: también fue deslumbrado por la capacidad de belleza de los pintores populares. Y llegó a la conclusión de que Haití está superpoblado... de artistas.
En realidad, la coartada demográfica es más o menos reciente. Hasta hace algunos años, las potencias occidentales hablaban más claro.

La tradición racista

Estados Unidos invadió Haití en 1915 y gobernó el país hasta 1934. Se retiró cuando logró sus dos objetivos: cobrar las deudas del City Bank y derogar el artículo constitucional que prohibía vender plantaciones a los extranjeros. Entonces Robert Lansing, secretario de Estado, justificó la larga y feroz ocupación militar explicando que la raza negra es incapaz de gobernarse a sí misma, que tiene "una tendencia inherente a la vida salvaje y una incapacidad física de civilización". Uno de los responsables de la invasión, William Philips, había incubado tiempo antes la sagaz idea: "Este es un pueblo inferior, incapaz de conservar la civilización que habían dejado los franceses".

Haití había sido la perla de la corona, la colonia más rica de Francia: una gran plantación de azúcar, con mano de obra esclava. En El espíritu de las leyes, Montesquieu lo había explicado sin pelos en la lengua: "El azúcar sería demasiado caro si no trabajaran los esclavos en su producción. Dichos esclavos son negros desde los pies hasta la cabeza y tienen la nariz tan aplastada que es casi imposible tenerles lástima. Resulta impensable que Dios, que es un ser muy sabio, haya puesto un alma, y sobre todo un alma buena, en un cuerpo enteramente negro".

En cambio, Dios había puesto un látigo en la mano del mayoral. Los esclavos no se distinguían por su voluntad de trabajo. Los negros eran esclavos por naturaleza y vagos también por naturaleza, y la naturaleza, cómplice del orden social, era obra de Dios: el esclavo debía servir al amo y el amo debía castigar al esclavo, que no mostraba el menor entusiasmo a la hora de cumplir con el designio divino. Karl von Linneo, contemporáneo de Montesquieu, había retratado al negro con precisión científica: "Vagabundo, perezoso, negligente, indolente y de costumbres disolutas". Más generosamente, otro contemporáneo, David Hume, había comprobado que el negro "puede desarrollar ciertas habilidades humanas, como el loro que habla algunas palabras".

La humillación imperdonable

En 1803 los negros de Haití propinaron tremenda paliza a las tropas de Napoleón Bonaparte, y Europa no perdonó jamás esta humillación infligida a la raza blanca. Haití fue el primer país libre de las Américas. Estados Unidos había conquistado antes su independencia, pero tenía medio millón de esclavos trabajando en las plantaciones de algodón y de tabaco. Jefferson, que era dueño de esclavos, decía que todos los hombres son iguales, pero también decía que los negros han sido, son y serán inferiores.
La bandera de los libres se alzó sobre las ruinas. La tierra haitiana había sido devastada por el monocultivo del azúcar y arrasada por las calamidades de la guerra contra Francia, y una tercera parte de la población había caído en el combate. Entonces empezó el bloqueo. La nación recién nacida fue condenada a la soledad. Nadie le compraba, nadie le vendía, nadie la reconocía.

El delito de la dignidad

Ni siquiera Simón Bolívar, que tan valiente supo ser, tuvo el coraje de firmar el reconocimiento diplomático del país negro. Bolívar había podido reiniciar su lucha por la independencia americana, cuando ya España lo había derrotado, gracias al apoyo de Haití. El gobierno haitiano le había entregado siete naves y muchas armas y soldados, con la única condición de que Bolívar liberara a los esclavos, una idea que al Libertador no se le había ocurrido. Bolívar cumplió con este compromiso, pero después de su victoria, cuando ya gobernaba la Gran Colombia, dio la espalda al país que lo había salvado. Y cuando convocó a las naciones americanas a la reunión de Panamá, no invitó a Haití pero invitó a Inglaterra.

Estados Unidos reconoció a Haití recién sesenta años después del fin de la guerra de independencia, mientras Etienne Serres, un genio francés de la anatomía, descubría en París que los negros son primitivos porque tienen poca distancia entre el ombligo y el pene. Para entonces, Haití ya estaba en manos de carniceras dictaduras militares, que destinaban los famélicos recursos del país al pago de la deuda francesa: Europa había impuesto a Haití la obligación de pagar a Francia una indemnización gigantesca, a modo de perdón por haber cometido el delito de la dignidad.

La historia del acoso contra Haití, que en nuestros días tiene dimensiones de tragedia, es también una historia del racismo en la civilización occidental.


lunes, 8 de febrero de 2010

El Regreso de Ben Laden
Koldo Campos Sagaseta

Las primeras apariciones de Ben Laden en los medios de comunicación, hace ya bastantes años, lo significaban como un sacrificado paladín de la libertad enfrentado al imperialismo soviético en Afganistán. En aquel entonces, el Ben que años más tarde sería convertido en Bin, era parte distinguida, todavía, de la muy ilustre familia Laden, íntima de los Bush y con notables y millonarios negocios en Estados Unidos. Pero el Bin, que entonces era Ben, tras retirarse los rusos de Afganistán, enfiló sus enojos hacia quienes lo armaran, celebrando el derrumbe de las Torres Gemelas y amenazando con nuevas represalias. Poco antes había muerto en extraño accidente aéreo ocurrido en Estados Unidos un hermano suyo y socio del presidente George W. Bush y es sabido que, con el espacio aéreo estadounidense cerrado inmediatamente ocurriera el ataque del 11 de septiembre, un avión cargado con los Laden abandonó Estados Unidos rumbo a Arabia Saudita, país del que procedían la casi totalidad de los implicados en los atentados.


Con la invasión estadounidense a Afganistán, la presencia de Ben Laden, ya transformado en Bin, se hizo tan habitual en los medios de comunicación como las crónicas bursátiles. Todos las mañanas, el Bin que fuera Ben recorría en caravana de camellos el desierto
afgano junto a sus esposas e hijos, eludiendo los bombardeos antes de refugiarse en Kandahar, de donde el Bin que fuera Ben lograba escapar disfrazado de mulá. Para la noche, ya el Ben transformado en Bin buscaba protección en las montañas de Tora Bora para reaparecer horas más tarde en Pakistán y terminar el día, el Bin que fuera Ben, regresando a Sudán. Dentro de un mismo informativo, el Bin-Ben era descubierto orando en una mezquita de Somalia y, al mismo tiempo, vendiendo heroína al por mayor en un mercado de Kabul.


Y entre sus fugaces y permanentes incursiones aquí y allá, el Ben-Bin, localizado en todas las ciudades y sin que apareciera en ninguna, todavía tenía tiempo para grabar algunos vídeo-clips cargados de amenazas en las montañas filipinas y en el desierto marroquí. Sólo en Cuba y en Iraq, por alguna inexplicable falla de los servicios de fabulación, no se reportó la presencia del famoso fugitivo, lo que no fue obstáculo para que fuera Iraq, precisamente, la siguiente nación invadida.

Acaso porque tanto el Ben como el Bin ya estaban muertos, de emitir todos los días sus proféticas bravatas pasaron al más absoluto ostracismo durante años hasta que, curiosamente, poco antes de las elecciones estadounidenses del 2004, el Bin y el Ben, suerte de Big Bang, reaparecieron profiriendo más y nuevas amenazas para convencer a los indecisos votantes de la necesidad de que George W.Bush se reeligiera sin que mediara en su victoria fraude electoral alguno. “ Tenemos que ser fuertes”, había insistido George W. Bush urgido de más tiempo y más recursos. “Estados Unidos es débil”, le había secundado de inmediato Ben Laden. Y es que bastaba que la voz lo reclamara para que el eco volviera a hacerse presente, que siempre a una le acompañaba el otro de suerte que ambos se restituyeran la credibilidad perdida como presidente de un pueblo amenazado y como difunto que amenaza. Una efectiva manera, por si alguien dudaba de la necesidad de ser más fuerte, de confirmar a través de su aliado enemigo lo vulnerable que es el mundo y los Estados Unidos, que viene a ser lo mismo.

Para no ser menos, también Obama está disfrutando de los beneficios de la ventriloquía de que gozara Bush, sacándose del sombrero en estos días una nueva sucursal de Al Qaeda en Yemen, otro nuevo país que integrar en el eje del mal y, sobre todo, el respaldo y la confianza de ese mundo atribulado, gracias a los medios de comunicación, por la terrible amenaza terrorista que nadie encarna mejor que el Bin que fuera Ben. Todo a cuenta de un frustrado atentado en Detroit contra un vuelo comercial cuyo esperpéntico guión no lo firmaría ni Chuck Norris en su mejor arrebato y que, como no podía ser menos, lo acaba de reivindicar Ben Laden.


La única novedad es que ya Ben Laden no graba vídeo-clips desde algún remoto escondite afgano o yemení como acostumbrara en el pasado. A él también le afecta la crisis económica y ahora sólo deja constancia de sus amenazas en grabaciones de audio tan fidedignas, eso sí, como sus vídeo-clips.
Estados Unidos: Mujeres migrantes en prisión dan a luz encadenadas

Valeria Fernández


Miriam Mendiola-Martínez, una inmigrante indocumentada detenida por cargos de robo de identidad para obtener empleo, dio a luz a un niño el 21 de diciembre en el Centro Médico de Maricopa.
Después de tener una cesárea, pasó dos días encadenada a la cama del hospital. No se le permitió amamantar a su bebé. La inmigrante mexicana fue escoltada a pie y encadenada al salir del centro médico, sin saber que sería de su bebé recién nacido.
Al igual que a Mendiola-Martínez, a todas las mujeres embarazadas que llegan a la cárcel del Condado Maricopa se les niega el derecho a fianza cuando son inmigrantes indocumentadas.

En algunos casos, las mujeres indocumentadas son encadenadas mientras las transportan a un hospital que tiene contrato por servicios con la cárcel y son encadenadas antes y después de dar a luz.
Las autoridades del hospital no son las que dictan este tipo de prácticas sino la Oficina del Sheriff del Condado Maricopa (MCSO). El personal médico que estuvo involucrado en estos casos no quiso dar entrevistas al respecto.
Todos los prisioneros hospitalizados son tratados de la misma forma en que lo fue Mendiola-Martínez, dijo el teniente Brian Lee, vocero de MCSO. Lee agregó que se uso un "grillete blando" asegurado a una pata de la cama para prevenir que l se. El grillete resultó ser una cadena de 12 pies de largo.


"Apenas podía caminar, no creo que podía escaparme no me hubiera atrevido a correr. No había necesidad de que hicieran eso," dijo la inmigrante de 34 años de edad.
Mendiola-Martínez dijo que fue encadenada también durante los dos últimos meses de su embarazo. Cada vez que tenía una cita para el cuidado pre-natal de su bebé, la hacían esperar en una celda sin ventilación junto a otras 20 mujeres. Muchas veces le tocaba sentarse en el suelo. Las cadenas eran pesadas y le hacían doler la cintura.
Mendiola-Martínez lloró seguido durante ese tiempo. Y sintió miedo de que su tristeza pudiera causarle daño al bebé.

La historia de Mendiola hubiese sido muy diferente si ella no fuese una inmigrante indocumentada. Podría haber tenido a su bebé afuera de la cárcel si le hubieran permitido
salir bajo fianza, porque cometió un delito menor, de acuerdo a David Black, un abogado de defensa criminal que aceptó su caso sin cobrarle.


Pero en noviembre de 2006, los electores de Arizona votaron por una ley para negarle el derecho a fianza a los inmigrantes indocumentados. La Proposición 100 fue creada por el legislador Russell Pearce, R-Mesa, como una forma de impedir que inmigrantes indocumentados que fueron acusados de un "crimen serio" salieran en libertad bajo fianza.
La Legislatura de Arizona incluyó dentro de la lista de delitos serios, ofensas de carácter menor como la posesión de un documento falso, que muchos inmigrantes indocumentados utilizan para trabajar.

Le ley, que es única en todo el país, es objeto de una demanda por la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) ante la Corte Federal del Distrito de Arizona. ACLU alega que es anticonstitucional porque niega el derecho de un grupo específico de personas a tener una audiencia justa. La demanda no incluye casos de mujeres embarazadas.
"Pienso que la Proposición 100 pone a las mujeres migrantes en desventaja y hace que sean tratadas de forma injusta," dijo Bob McWhirter, abogado de la Oficina del Defensor Legal de Maricopa.

Cerca de unas 1,500 mujeres embarazadas son encarceladas anualmente en la Cárcel Estrella del Condado Maricopa. En el 2009, 35 mujeres dieron a luz mientras estaban en custodia de MCSO, de acuerdo a datos del Centro Médico de Maricopa. Más de un 70% de las mujeres que se encuentran detenidas en las cárceles del condado fueron acusadas por un delito menor y no han sido condenadas. Alrededor de un 11% son inmigrantes indocumentadas.

Las autoridades de salud y del Condado Maricopa no llevan un registro del estatus migratorio o etnicidad de las mujeres embarazadas que dan a luz cuando están en custodia del sheriff.
En octubre de 2008, un juez federal declaró que las condiciones de las cárceles del Condado Maricopa, administradas por el sheriff Joe Arpaio, eran anticonstitucionales y ponían en riesgo la salud y seguridad de los prisioneros.

El juez dictaminó que las autoridades de la cárcel debían asegurarse de proveer tratamiento médico adecuado, medicinas y comida nutritiva según estipulan los estándares federales. Ese mismo año la Comisión Nacional de Cuidado de Salud en las Correccionales dijo que la cárceles no estaban cumpliendo con las normativas federales, puesto que sus administrativos no sometieron reportes sobre las condiciones en los reclusorios.

Aunque la historia de Mendiola-Martinez no es la única, no es posible determinar cuántas mujeres han compartido la misma experiencia debido a que muchas de ellas acaban siendo deportadas. Sin embargo, otras mujeres que han sido detenidas han dado testimonio del maltrato que sufren las embarazadas dentro de las cárceles.
La noche del Jabalí
Letra y música: Alí Primera.
(Alí Primera falleció hace un cuarto de siglo)


Apaga la radio compañera
hay tantas cosas para conversar
no preguntes cuántas veces por segundo
mueve las alas el colibrí
pregunta por ejemplo
¿qué estamos haciendo por Haití?
¿qué dónde queda?, dices
es un lugar cercado por la noche
en el inmenso cobalto del Caribe

La noche en este caso
es la miseria, es el hambre
es la palabra presa
es negar el camino a la inteligencia
es negar que el obrero es un poeta
es negar que el obrero es un poeta
¿Qué cuántos habitantes tiene?
los que le quedan después de tanta masacre
¿Que si luchan?, además de sobrevivir ¿que si luchan?
Claro que sí, pequeño amor, claro que sí
Los patriotas haitianos
andan con luces y colores en las manos
y andan florecidos
como la tierra regada por lloviznas y por cantos
pero han luchado solos, compañera, solos
aunque andan florecidos
como andan los hombres cuando andan luchando
han luchado solos, compañera
hasta que nuestra conciencia dispare
en la lucha por liberar a Haití
hasta que el mundo se alce en una sola voz
luminosa, solidaria
Y entre todos hagamos posible la mañana
que acabe para siempre
con la noche del jabalí
con la noche del jabalí
Ahora, pongámonos en marcha
que la palabra sin los pasos
es una palabra muerta
Y el tiempo nos dice: ¡avanza!
Alma profunda en llamas, ¡avanza!
Construyamos entre todos la mañana
que acabe para siempre
con la noche del jabalí
con la noche del jabalí
No permitamos que el futuro nos pregunte
¿Qué hicieron ustedes por Haití?
y respondamos bajando la cabeza
los hombres que cayeron
son el número exacto
de las veces que en un siglo
mueve las alas el colibrí
mueve las alas el colibrí
mueve las alas el colibrí
mueve las alas el colibrí