jueves, 24 de junio de 2010

OCHO AÑOS MÁS DE INSEGURIDAD SOCIAL EN SALUD EN COLOMBIA

Por Mauricio Torres T. M.D.
Miembro del Consejo Consultivo de la Asociación Latinoamericana de Medicina Social – ALAMES y miembro del Movimiento Nacional por la Salud y la Seguridad Social de Colombia

En salud, los dos cuatrienios uribistas se cierran con “broche de oro”. En este doble periodo presidencial, cada decisión se tomó en pro de consolidar el modelo de mercado y fortalecer la acumulación de capital en el sector. No es casual que el gobierno de Uribe cierre con baja popularidad en la calidad y cubrimiento de la salud, resultado generado por la venta de la red pública hospitalaria, la multiplicación del “paseo de la muerte”, la incertidumbre que generaron las medidas tomadas a la luz de la emergencia social, su declaratoria de inexequibilidad y el proyecto de ley que presentó para subsanar esta derrota política a su gobierno y los intereses de las aseguradoras (EPS).

Las promesas: para incumplir

Las promesas de Uribe para su primer período se relacionaron con aumento en subsidios en salud para los pobres; seguridad social y policiva para los taxistas; prestación del régimen subsidiado de salud por entidades sin ánimo de lucro, integradas por cooperativas, empresas solidarias, cajas de compensación y hospitales; garantía de tarifas equitativas para médicos y profesionales afines; aval para que el usuario escoja prestadora de servicios y médico; desarrollo de programas de quejas y reclamos de usuarios y pacientes de salud; extensión de la Superintendencia del ramo; evasión en los pagos a salud para aumentar cobertura mediante el cruce de información y mejoramiento de la sistematización; y salvar al Seguro Social como opción pública esencial en el esquema de las EPS.

Para la campaña presidencial de 2006 se planteó seguridad social para taxistas, artistas, deportistas, que ha empezado pero debe llegar a plena cobertura para los estratos, 1, 2 y 3. De otro lado, en la propuesta estratégica del gobierno, conocida como Visión Colombia II Centenario: 2019, se propuso como metas en el tema de salud las de cobertura universal, reducción de la mortalidad materno-infantil y de las enfermedades transmisibles, y mejora de la salud sexual reproductiva.

Como se ve, las promesas de Uribe se concentraron en 1) alcanzar cobertura universal de aseguramiento a partir de incorporar grupos laborales excluidos (como los taxistas) y aumentar el número de subsidios para la población más pobre; 2) fortalecer los procesos de vigilancia y control, para evitar la evasión y mejorar la eficiencia del sistema de salud; 3) garantías a los profesionales del sector a través de tarifas justas, como oportunidad a los usuarios para escoger; y 4) enfrentar la de mortalidad en las modalidades ya referidas.

Medidas impulsadas: consolidación del modelo de mercado en salud

Los años de Uribe permitieron tomar un conjunto de medidas institucionales, financieras y de ajuste a la ley, que, más que avanzar en los compromisos del gobierno, sirvieron para consolidar el modelo de mercado en salud instaurado mediante la Ley 100 de 1993.

Medidas sobre la institucional de salud: lo público en función de lo privado

Este gobierno tomó medidas en aspectos institucionales, sobre todo en tres ámbitos: desaparición del Ministerio de Salud, reestructuración y liquidación de hospitales públicos, y liquidación del Instituto de los Seguros Sociales (ISS). Una de sus primeras medidas e fue una reestructuración administrativa concretada en la Ley 790 de 2002, en que se fusionaron varios ministerios e instituciones, entre ellos el Ministerio de Salud con el de Trabajo y Seguridad Social, creando el Ministerio de la Protección Social.

La nueva institucionalidad ministerial mostró pronto que su foco de atención estaría en sostener financieramente el sistema de salud. Los temas centrales que abordaban los dos ministerios por separado –como eran: seguimiento y la resolución de los conflictos laborales; inspección, vigilancia y control de los centros y lugares de trabajo; promoción de la salud y prevención de la enfermedad; y desarrollo de programas de salud pública– fueron temas al margen y que desperfilaron la razón de ser de los dos ministerios.

La incorporación del enfoque promovido por el Banco Mundial del Manejo Social del Riesgo en el Ministerio de la Protección Social consolidó a éste en función de los intereses de mercado del sistema de aseguramiento y la atención de la enfermedad, dado que el enfoque establece la responsabilidad central de proteger la salud del individuo y su familia, y no al Estado, para lo cual ya no se requiere una cartera que atienda los problemas de salud de la gente sino empresas dispuestas a vender sus servicios a clientes que deben conseguir con qué pagar la atención. Sólo queda un pequeño grupo de la población, la más excluida y marginada, incorporada a este mercado vía subsidios en salud (política de focalización).

En esta vía, las instituciones públicas y privadas de atención en salud deben ser autosostenibles y rentables. Para ello, el gobierno profundizó la reestructuración y la liquidación, o “modernización”, de los Hospitales Públicos, eufemismo que no es otra cosa que la reestructuración y la liquidación de los hospitales públicos, en que el dinero se utiliza sobre todo para liquidar las plantas de personal. Pero tal proceso permite que de un día para otro simplemente se cambie la razón social de un hospital, se envíe a la calle a cientos de trabajadores, se contraten a éstos u otros pero en condiciones laborales muy flexibilizadas a través de cooperativas de trabajo, sin cambios de fondo en los procesos administrativos y de gestión de los servicios. Durante el gobierno de Uribe, 230 hospitales del país entraron en este proceso de reestructuración, lo que comprometió más de 250 millones de dólares para costear la supresión de cargos
y la financiación parcial de sus pasivos prioritarios.

Por último, en este aspecto institucional hay que mencionar la promesa de que “necesitamos salvar al Seguro Social porque la opción pública es esencial en el esquema de empresas promotoras de salud”, rotundamente incumplida y producto de una estrategia clara y sistemática que concluyó con la liquidación de aquél en 2007.

Desde la expedición de la Ley 100 en 1993, el ISS quedó incorporado en un mercado del aseguramiento, y en este sentido inició una competencia con entidades privadas de seguridad social. La estrategia de marchitar el ISS en estos años dio pasos clave en la profundización del descrédito institucional, la separación de funciones de administración y prestación, y la quiebra de las instituciones prestadoras de servicios en que se fraccionó, lo cual funcionó perfectamente y permitió el cometido oficial de liquidarlo para que el sector privado se quedara con su mercado (1).

Una perla muestra el sentido de la direccionalidad en salud: la sanción que en marzo de 2010 le impuso la Superintendencia Nacional de Salud a Saludcoop, la EPS privada más grande del país, que le obligó a restituir la liquidez de su EPS por $627 mil millones, al encontrar que los recursos girados a ésta, para atender el servicio de salud, se utilizaron en adquirir activos e infraestructura, y realizar otras operaciones. No de otro modo se explica que la red de clínicas de Saludcoop creciera tanto, o sea, que el patrimonio de tecnología e infraestructura de las EPS privadas creciera a expensas de los recursos públicos.
Entonces, al final de los ocho años se encuentra en el componente institucional de salud el fortalecimiento de lo privado a expensas de lo público. Se consolidó la institucionalidad de unas cuantas EPS privadas (Caprecom es la única EPS pública que sobrevive, pero fue tomada por el gobierno para uso clientelar) y de la red privada de servicios de salud, con la liquidación de la institución pública de seguridad social más importante del país y con un enorme debilitamiento de la red pública hospitalaria, cada vez más incapaz de sostenerse ante la intención de las EPS de contratar con su propia red de prestación de servicios (integración vertical), y con una ausencia de rectoría estatal porque el ministerio del sector se cooptó para ponerlo al servicio de los intereses privados de las EPS. Asimismo, dados tales cambios institucionales, la acentuó la tendencia a la flexibilización y la precarización de las condiciones laborales de los
trabajadores del sector salud.

Medidas de carácter fiscal: más dinero para el sector privado

La más importante medida fiscal en salud que tomó Uribe fue la reforma a las trasferencias a través del Acto Legislativo 04 de julio de 2007. El tema financiero en salud estuvo siempre bajo el argumento de que, de no inyectársele más dinero al Sistema General de Seguridad en Salud, éste colapsaría, dadas las altas demandas de los usuarios para recibir servicios más allá de lo establecido en el Plan Obligatorio de Salud (POS). En tal sentido, en 2007 se reformó la Ley 715 de 2002, que en su momento había reformado la Ley 60 de 1993, encargadas ambas de distribuir competencias y recursos a los entes territoriales.

La reforma a las transferencias disminuyó los recursos para salud y educación. La Ley 715 de 2002 y su reforma de 2007 disminuyeron los recursos del Sistema General de Participaciones (SGP) que debían recibir los hospitales y los municipios, encargados de la salud subsidiada y la salud pública. Se estima que en 2002-2010, por cuenta de la Ley 715, los departamentos y los municipios dejaron de recibir unos 12 billones de pesos para salud, mientras con la reforma de 2007 el efecto alcanzaría unos 54 billones entre 2007 y 2025 (2).

Las otras medidas gruesas de carácter fiscal en salud que buscó implementar el gobierno de Uribe, fue por la vía de los decretos de salud expedidos en enero de 2010 en el marco de la emergencia social.

La pretensión con estas medidas era inyectarle nuevos dineros al sistema de salud liberando recursos y creando nuevos impuestos (consumo de licores, vinos, aperitivos y similares, cigarrillos, tabaco elaborado). A la vez, con disposiciones hacia el monopolio rentístico de juegos de suerte y azar, estableciendo normas sobre giros directos a los fondos de salud seccionales, y fijando pautas para comercializar y administrar las loterías, y un control específico a la ilegalidad y la fiscalización de estos juegos (3).

Frente a la declaración de inexequibilidad de la emergencia social en abril de 2010, por la Corte Constitucional, el gobierno de Uribe presentó un proyecto de ley para mantener las medidas tributarias que se propusieron en los decretos de salud dados en la emergencia. Estas medidas contrastan con los ostensibles recursos que mueve el sector salud reflejados en una inversión del 7,5 por ciento del PIB; un fondo financiero (Fosyga) de 6,5 billones a finales de 2009 (93,7% en títulos valores); un gasto público en salud en 2009 de 37 billones; y un patrimonio consolidado de las EPS privadas que sitúa a cinco de éstas entre las 100 empresas más grandes de Colombia.

En tal sentido, se puede decir que el gobierno uribista, de un lado, no posibilitó que los entes territoriales tuvieran más recursos para atender a la población subsidiada; a la vez, mantuvo las inversiones en salud, generando mayores flujos de capital, con las EPS privadas y el sector financiero como principales beneficiados, perjudicando a los sectores de menor poder adquisitivo, en tanto que se aumentaron sus gastos de bolsillo en salud.

Medidas de ajuste a la Ley 100: se fortalece el mercado del aseguramiento

El Gobierno adelantó procesos de ajuste a la Ley 100, uno en la Ley 1122 de 2007 y dos fallidos: uno con la firma del TLC con Estados Unidos desde 2009 y el otro a comienzos de 2010 con los decretos de salud, en el marco de la emergencia social. Tras dos años de debate, en enero de 2007 se sancionó la Ley 1122, con modificaciones al Sistema General de Seguridad Social en Salud, entre ellas el aumento de recursos para la cobertura total del Régimen Subsidiado sin cambiar el contenido del POS subsidiado, con base en aportes de trabajadores y pensionados y del presupuesto nacional; la propuesta de evaluación por resultados de todos los actores del sistema; la creación de la Comisión Reguladora de Salud (CRES) y la transformación del Consejo Nacional de Seguridad Social en Salud en una instancia simplemente asesora.

La Ley 1122 no modificó el modelo de salud, pues mantuvo la intermediación financiera en el esquema de mercado de aseguramiento con competencia regulada y subsidio a la demanda; y mantuvo hasta en un 30 por ciento la integración vertical de servicios en que las EPS contratan con su propia red de servicios, golpeando la sostenibilidad de la red pública hospitalaria. Además, esta ley profundizó la idea de que la salud pública es asunto de externalidades, manteniendo la separación con el aseguramiento dedicado a la atención individual de la enfermedad. Esto fue retomado en el Plan Nacional de Salud Pública, expedido con el Decreto 3039 de 2007, que fijó derroteros en un tema tan vital y debilitado desde comienzos de la Ley 100, para configurar planes territoriales de salud pública a partir de tener en cuenta los perfiles epidemiológicos específicos y fijar metas por resultados en salud, pero que tiene la debilidad de asumir un enfoque
tradicional del riesgo sin afectar las determinaciones sociales, económicas, políticas y ambientales de la salud pública (4).

El gobierno de Uribe trabajó insistentemente por el establecimiento de un TLC con Estados Unidos. Este TLC como se conoce no ha sido firmado por el Congreso Norteamericano, pero se constituye en el campo de la salud en un ajuste de tuercas del modelo de Ley 100 en tanto profundizaría la privatización y el oligopolio por la vía de las multinacionales de los servicios de salud, del aseguramiento, de medicamentos y tecnología médica; lo que traería mayores costos en las compras estatales en salud (como medicamentos y otros bienes de tecnología médica comercializados por multinacionales); mayor dificultad para ejercer rectoría sanitaria, al poder ampararse las empresas internacionales de salud en cláusulas de negociación, y debilitamiento y posible desaparición de la industria nacional farmacéutica por la vía de los derechos de propiedad intelectual de los medicamentos (5).

Al cierre del gobierno Uribe se expidió, sin consulta con el grueso de la sociedad, un grupo de decretos de salud en el marco de la emergencia social, buscando modificar el sistema de salud a través de dos aspectos adicionales al que ya se mencionó de los de orden fiscal: 1) ajustar el contenido del POS, dejándolo básicamente en servicios de salud de baja complejidad; el pago de servicios NO POS directamente por la gente, y sólo aquellos a los que se les demostrara su incapacidad de pago serían cubiertos con un fondo, y control a lo que formulasen los médicos y odontólogos a través de multas a quienes recetasen más allá del POS; y 2) en relación a aspectos administrativos de contratación y pagos, en que les brindarían mecanismos de presión a las ESE sobre las EPS para pagos oportunos, se definía que las EPS contratarían hasta el 60 por ciento del régimen subsidiado con las ESE, se retornarían los recursos de promoción y prevención a
las EPS, ratificando el elemento flexibilización de la contratación laboral en el sistema.

Como se aprecia, las medidas para trasformar la Ley 100, dadas con Uribe, que se planteaban para resolver problemas identificados en el sistema de salud, no solucionaron otros, más importantes, como la falta de acceso universal a los servicios; las inequidades, la mala calidad, la inadecuada oportunidad y no integralidad de la atención, la tramitomanía y las gestiones judiciales a que se ve sometida la gente, y la débil participación ciudadana en la construcción, la ejecución y el seguimiento de la política de salud. Por tanto, se puede decir que los cambios y ajustes normativos y las iniciativas comerciales en salud hechos en los períodos de Uribe fueron en el mismo camino de la Ley 100, con la intención de profundizar el modelo de aseguramiento privado de los servicios de salud, y no para atender las necesidades reales de la gente y superar desigualdades e inequidades.

Balance: bueno el negocio, mala la salud

A la hora de los balances del sistema de salud que hace el gobierno, los indicadores se concentran sobre todo en aspectos institucionales y financieros de la cobertura de aseguramiento. El indicador estrella, exhibido internacionalmente en los ocho años de Uribe, es el de coberturas de aseguramiento, para hablar de los grandes ‘éxitos' del modelo de salud colombiano, que se recomienda replicar en otros países (6).

Total de afiliados al régimen contributivo y subsidiado (diciembre de 2008)

Régimen Personas afiliadas % población afiliada
Contributivo 17.234.265 38,77
Subsidiado 22.485.211 50,59
Población cubierta 39.719.476 89,36
Población no cubierta 4.730.784 10,64
Fuente: Con base en el Informe al Congreso de la República 2008-2009. Ministerio de la Protección Social.

Como se observa, a finales de 2008 se llegó a una cobertura de aseguramiento de casi el 90 por ciento de la población, sin lugar a dudas una cobertura óptima, pero que, de un lado, evidencia la incapacidad del modelo de la Ley 100 y el incumplimiento del gobierno Uribe para alcanzar la cobertura universal, en tanto el 10 por ciento de la población (4,7 millones personas) no está asegurada; y, del otro, se trata de un indicador que es necesario contrastar con el de acceso real a los servicios de salud, del cual el Gobierno no habla mucho, pues no es lo mismo estar asegurado que acceder realmente a los servicios de salud.

El panorama de la salud pública en el gobierno Uribe mostró cierta mejoría en indicadores tradicionales como los de las mortalidades infantil y materna, pero persisten inequidades sanitarias por condiciones geográficas, socioeconómicas, culturales, de género y étnicas.

El Plan Nacional de Salud Pública reconoce explícitamente un aumento en la tendencia de la infección por VIH, el dengue y la leishmaniasis; ubica las principales causas de morbi-mortalidad en las enfermedades crónicas no transmisibles, con énfasis en los problemas cardiovasculares, los derivados de la violencia y el cáncer. También reconoce la prevalencia de trastornos de salud mental y consumo de sustancias psicoactivas, y el incremento de la fecundidad en adolescentes de 15 a 19 años.

Algunos indicadores hablan de debilidad en el componente de salud pública, uno de estos es el de mortalidad materna. La tasa de mortalidad materna estimada en Colombia en 2005 fue de 75 muertes por 100.000 nacidos vivos (nv), con diferencias significativas por región, zona de procedencia, edades, niveles de escolaridad y condiciones como el desplazamiento, legando a 250 muertes en Chocó; con 90 por ciento de muertes por causas evitables, tales como hipertensión ligada a la gestación, hemorragia posparto y aborto. Estas tasas muestran la dimensión del problema al comparárseles con las de México, de 55; Cuba, de 46,5; Argentina 43,7 y Chile 18,2 por 100.000 nacidos vivos (7).

Mortalidad materna en Colombia (tasa por 100.000 nacido vivos)

1990 1993 2002 2003 2004 2005
87 79 84 77,8 79 73,1
Fuente: Organización panamericana de la Salud. Situación de salud en Colombia. Indicadores Básicos de Salud 2007.


Al comparar las tasas por años, se observa que ni el modelo de la Ley 100 ni el gobierno Uribe han sido contundentes con la disminución franca de la mortalidad materna en Colombia. Igualmente, en 2002-2010 se sostiene la tendencia instalada desde la Ley 100, de aumento de enfermedades prevenibles, asociadas con una disminución en las tasas de vacunación y la clausura de programas de prevención y de salud pública, como en los casos de rabia humana, fiebre amarilla, dengue clásico y hemorrágico, malaria y tuberculosis (8).

La situación de salud en este período se ve reflejada en la violación sistemática a la garantía del derecho a la salud, evidenciada en los estudios sobre las acciones de tutela en salud hechos por la Defensoría del Pueblo.

Tutelas en Colombia 2002-2008

Tutelas 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008
En salud 42.734 51.944 72.033 81.017 96.229 107.238 142.957
Totales 143.887 149.439 198.125 224.270 256.166 283.637 344.468
Fuente: Defensoría del Pueblo. Programa de Salud. La tutela y el derecho a la salud. Período 199-2003; 2003-2005; Período 2006-2008. Bogotá.

Como se ve en el cuadro, el uso de la tutela es ascendente, con la cifra récord de 142.957 en 2008. Un elemento clave que reveló el estudio de tutela de la Defensoría: en promedio, en los últimos años, el 54 por ciento de las tutelas reclama por el POS, o sea, aspectos de salud financiados. Al mirar en detalle algunos temas –por ejemplo, reclamaciones en cirugías–, corresponden al 74,8 de los procedimientos POS, exámenes paraclínicos el 62,6 y citas médicas el 76,7. Sólo en medicamentos baja a 23,5, y en prótesis y órtesis a 48,2 (9).

El reconocimiento de la violación sistemática se corrobora con dos expresiones institucionales de 2008: uno de la Procuraduría General de la República (10) y otro por la Corte Constitucional (11). De un lado, la Procuraduría General hizo un llamado a la declaratoria del estado inconstitucional de cosas en materia de salud, no sólo por los graves problemas en cuanto a acceso, inequidad y calidad que ocasiona el sistema de salud sino además por las limitaciones de la tutela para enfrentar esos problemas; del otro, la Sentencia T-760 de la Corte Constitucional reconoció la tutelitis en salud como expresión de la negación del derecho, por lo cual declaró a la salud como derecho humano de carácter fundamental y demandó del Gobierno el ajuste del sistema para resolver estos problemas, entre otros asuntos que a enero de 2010 toda la población estuviese asegurada y con una igualación de los POS, lo que a la fecha no se ha cumplido (12).

Entonces, al revisar los aspectos de la situación en salud es evidente que la tendencia del gobierno Uribe no fue precisamente mejorar la garantía del derecho a la salud ni las condiciones de salud pública de la población. La profundización del modelo de mercado fue constante y derrotero en el Gobierno, lo que le llevó a incumplir sus promesas centrales, referidas a cobertura universal del aseguramiento, mejoramiento de las condiciones y preservación de la institucionalidad pública en seguridad social en salud. Se ratifica con este período de gobierno que los sistemas de aseguramiento hacen énfasis en los asuntos costo-efectivos y de ganancia, que relegan la prioridad por el bienestar y la salud de las poblaciones, y transforman los hospitales en instituciones con fines de lucro, con generación de barreras de acceso que deterioran la calidad de la atención.

Luchas sociales y propuestas alternativas: hacia un nuevo modelo de salud

Los ocho años de Uribe no fueron sólo de avance en la privatización de la salud; también un período de movilizaciones, luchas y resistencia de la gente por lograr la garantía del derecho a la salud; e igualmente un período en que gobiernos locales de corte progresista, como en el caso de Bogotá, desarrollaron propuestas de política pública alternativa en salud, buscando concretar la responsabilidad estatal en la garantía del derecho a la salud (13).

Los dos cuatrienios de Uribe se cierran con una derrota política en salud, como se refleja en la declaratoria de inexequibilidad de la emergencia social; con un ascenso importante en la movilización social por el derecho a la salud, y una voluntad de muchos sectores y actores sociales por conformar un nuevo modelo, que sea garante de este derecho para todos. Además, queda planteada la lucha para los próximos períodos presidenciales por configurar la fuerza social y política necesaria que permita construir, instalar y consolidar un modelo de salud público, universal, gratuito, equitativo y altamente participativo (14).

Mas Informaciòn: www.desdeabajo.info

EEUU: Pateando traseros

Atilio Boron

ALAI AMLATINA, 11/06/2010.- Días atrás el presidente Barack Obama le pidió a sus colaboradores que le dijeran cuál era el trasero que tenía que patear para castigar al culpable del peor desastre ecológico de la historia producido por la BP en el Mar Caribe. Recogiendo tan sana inquietud me permito proponerle una lista, preliminar, de traseros a patear.

En primer lugar, debería solicitarle a la Primera Dama que le propine una buena patada en su presidencial trasero porque usted no es “el negrito del batey” -como le llaman en el Caribe al chico de los mandados- sino el primer magistrado de la más formidable superpotencia que jamás haya existido sobre la faz de la tierra. Y si los bandidos de la BP contaminan las costas de su país es porque usted –así como sus predecesores- ha sido blando, débil y timorato con los oligopolios petroleros que hace décadas vienen practicando un verdadero “ecocidio” en Alaska y en el Golfo de México, donde accidentes como el que hoy lo desvela era seguro que, más pronto que tarde, irían a producirse.

Blandura y complicidad también evidenciada con los truhanes del casino financiero global, con sede en Wall Street, que primero provocan una crisis y luego exigen un rescate que usted ejecuta con fondos públicos, expropiando el ahorro y los ingresos de los contribuyentes norteamericanos.

Un puntapié en su trasero por ignorar que esas grandes firmas están casi invariablemente dirigidas por delincuentes de “guante blanco”, protegidos por la Casa Blanca, los congresistas de ambas cámaras, los grandes medios y los lobbies que financian las campañas políticas de representantes y senadores a cambio de garantizar la impunidad de los oligopolios en su agresión al medio ambiente.

Pero además su esposa Michelle debería darle otro puntapié a su trasero por caer en el infantilismo de creer que se construye poder político apelando a los twitters, facebooks y demás gadgets informáticos. Eso puede, ocasionalmente, crear un efímero clima de opinión pero nada más. Para combatir a los tiburones de Wall Street y al complejo militar-industrial se requiere mucho más que eso. Mire lo que hizo uno de sus predecesores, Franklin D. Roosevelt, que pudo realizar muy significativos cambios en la economía de EEUU (ley del seguro social, riguroso control del sistema bancario, impuestos a la riqueza y la renta, banco central, etcétera) apoyado en dos instituciones que movilizó y potenció en su gravitación: sindicatos obreros y su propio partido. Usted, deslumbrado por los progresos de la informática, pensó que en la época actual estos recursos ya no sirven. Y se equivocó.

Pero no es usted el único que merece un buen puntapié. Otros conspicuos traseros que claman por fuertes patadas son los del Secretario de Energía de EEUU, los de los presidentes de las comisiones de Energía de la Cámara de Representantes y del Senado y, por supuesto, los sucios traseros de los integrantes de su equipo de asesores económicos (y muy especialmente Lawrence Summers y Robert Rubin, artífices de la completa desregulación del mercado financiero y autores intelectuales de la actual crisis económica).

No se olvide también de propinarle otro a los estafadores de Goldman Sachs, que “dibujaron” los números macroeconómicos de Grecia (¡y vaya uno a saber de cuántos países y empresas más!) y los bribones de Moody’s, que con sus fraudulentos cálculos de “riesgo país” favorecieron a sus socios sumiendo a numerosos países en profundas crisis económicas.

Ya que estamos en esto no se olvide de asestarle también una violenta patada en el trasero a sus compinches y peones en Tel Aviv, que se creen que tienen licencia para matar impunemente a palestinos, o someterlos, como en Gaza, a un lento genocidio parecido al que el pueblo judío tuvo que soportar a manos de los nazis, por ejemplo, en el Ghetto de Varsovia.

Y, de paso, usted merece otro puntapié en su insigne trasero por olvidarse que es un Premio Nobel de la Paz y respaldar a ese gobierno de fanáticos fundamentalistas, racistas y genocidas -que gracias a la política imperialista de sucesivos gobiernos estadounidenses disponen de las únicas armas atómicas que hay en Medio Oriente- y permitir que continúen burlando las disposiciones de la ONU y las reglas más elementales de la legalidad internacional. Puntapié más que merecido porque sabiendo todo esto usted se empecina en denunciar el armamento nuclear que ... ¡podría llegar a tener Irán, pero que ahora no tiene!

De paso, podría darle un buen puntapié a la Secretaria Hillary Clinton, preocupadísima por la carrera armamentista según ella desencadenada por Venezuela, pese a que su gasto militar apenas equivale a la cuarta parte del de Colombia. ¡Ay!




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Agencia Latinoamericana de Informacion

"El hambre y la obesidad son dos caras de una misma moneda"

Entrevista a Esther Vivas en The Ecologist

-El hambre y la obesidad son dos caras de una misma moneda, de un sistema agroalimentario privatizado y mercantil. Hoy, la producción agrícola ya no responde a nuestras necesidades alimentarias sino que está supeditada a los intereses económicos de la industria agroalimentaria. Esta lógica nos ha conducido a una situación de grave crisis alimentaria, donde una de cada seis personas en el mundo pasa hambre, a pesar de que se produce más que en cualquier otro período en la Historia, pero, si no tienes suficiente dinero para pagar el precio de los alimentos, no comes. Esto es lo que sucedió con el estallido de la crisis alimentaria de los años 2007 y 2008, con un aumento espectacular de los precios.


Una situación de hambruna que persiste en la actualidad. Al mismo tiempo, los alimentos se producen, se transforman y se distribuyen al menor coste empresarial posible, explotando a todos los actores que participan en la cadena comercial de origen a fin y estableciendo un alto diferencial entre el precio pagado en origen y en destino.
Esto repercute también en la calidad de los alimentos, ya que su objetivo ya no es alimentarnos de una forma saludable sino reducir su coste productivo. La mayor parte de los alimentos que comemos están altamente procesados, con una cantidad importante de aditivos (colorantes, edulcorantes, preservantes), transgénicos... y esto repercute en nuestra salud, generando graves problemas cardiovasculares, de colesterol, obesidad, alergias, entre otros. Y son, mayoritariamente, las familias con menores recursos económicos quienes sufren las consecuencias de este modelo alimentario.

-Determinados estudios científicos muestran que comer productos refinados, con azúcares, saturados de grasas... productos que están, a su vez, cargados de residuos tóxicos... expone nuestro organismo a sustancias químicas que pueden actuar como disruptores hormonales que inhiben la capacidad de nuestros cuerpos de autoregular su peso. Pero, en realidad, los mejores alimentos no son los más caros...
¿La soberanía alimentaria es algo más que el derecho a comer lo suficiente para sobrevivir?

-Efectivamente. La soberanía alimentaria no sólo exige que todo el mundo tenga acceso a los alimentos, sino que también plantea un modelo de producción, distribución y consumo que sitúe en su centro al pequeño campesinado y nuestro derecho a comer alimentos sanos y saludables.

La soberanía alimentaria pone patas arriba la lógica deslocalizadora, intensiva, quilométrica, petrodependiente... que rige al sistema agroalimentario global, poniendo en cuestión la privatización de los bienes naturales (el agua, la tierra, las semillas...) y el monopolio empresarial en toda la cadena alimentaria, así como la connivencia política e institucional con el mismo.

La soberanía alimentaria exige tierra para quien la trabaje, semillas para quien las cultive, alimentos saludables y de proximidad para quien los consuma. En definitiva, reapropiarnos de los mecanismos de producción y distribución de alimentos, que nunca hubiesen tenido que sernos expoliados.
-Si tanto la izquierda con sus modelos antitradicionalistas y la derecha con sus modelos neoliberales se han cargado a las familias...

¿cómo los niños pueden aprender a alimentarse si no hay vida en familia, alimentación en familia?

-El modo cómo nos alimentamos también ha sufrido un cambio radical. La alimentación de nuestros abuelos y abuelas poco tiene que ver con la nuestra, y tampoco han pasado tantos años. Hemos perdido en diversidad agroalimentaria, conocimiento y calidad y somos muy poco conscientes de ello. Esto tiene su faceta más dramática en los países del Sur gravemente golpeados por la crisis alimentaria, aunque también nos afecta aquí, en el
Norte.

Nos venden la moto de que en los supermercados podemos encontrar una amplia gama de alimentos. Pero la realidad es otra muy distinta. En el Estado español, siete empresas controlan el 75% de la distribución de la comida y esta tendencia va al alza, y en casi todos los supermercados encontramos los mismos productos.
¿Dónde está entonces tal variedad?
Tenemos que recuperar el control en la producción, la distribución y el consumo de alimentos y el saber alimentario.
-El derecho internacional garantiza la soberanía interna y externa de un Estado. Pero ¿quién garantiza su soberanía alimentaria?
-La soberanía alimentaria debería de estar garantizada por los estados, pero hoy en día los dictados de la Organización Mundial del Comercio, el Banco
Mundial, el Fondo Monetario Internacional, con el beneplácito de los gobiernos de los distintos países, dejan la economía, la alimentación, el bienestar, la salud, el medio ambiente... en manos del mercado. Es necesario y urgente cambiar estas políticas, pero para hacerlo es fundamental una correlación de fuerzas favorable en manos de “los de abajo”, las y los resistentes. Hay que trabajar en esta dirección.

-Lo que llega al supermercado, las ofertas de la semana, lo que al final llega a nuestro plato... ¿de qué depende? O, mejor dicho, ¿quién lo decide?
-Si partimos de que la población campesina tiende a desaparecer, que en el Estado español tan sólo un 5% de la población activa trabaja en el campo, que se vive una creciente “descampesinización”… Entonces, ¿de quién depende nuestra alimentación? La respuesta es clara: multinacionales como Cargill, Monsanto, Nestlé, Carrefour, Alcampo, entre muchas otras, acaban determinando qué se consume, cómo, de dónde proviene y qué se paga. Por lo tanto, nuestro derecho a la alimentación, como hemos visto con la crisis alimentaria global, está gravemente amenazado.

-La Generalitat está prohibiendo que en los colegios entre la comida basura mientras que en sus medios de información se publicitan todo tipo de productos presuntamente alimentarios muy nocivos para la infancia...

¿Lo correcto no sería hacer como en Alemania o Italia en cuyos colegios ya existe la alimentación ecológica en un gran porcentaje, de carácter local y campesina?

-Podríamos decir que existe una doble moral. Desde las administraciones públicas se publicita la agricultura ecológica, pero sus políticas agrarias se supeditan a los intereses de la industria agroalimentaria. Pongamos un ejemplo. En Catalunya, a lo largo del año 2009, la plataforma Som lo que Sembrem recogió más de cien mil firmas impulsando una Iniciativa Legislativa Popular contra los transgénicos, pero cuando ésta llegó al Parlamento catalán fue rechazada. Los parlamentarios se plegaron a los intereses empresariales protransgénicos.

Catalunya y Aragón son las zonas de Europa con una mayor producción de transgénicos, incluso con variedades prohibidas en otros países europeos. La administración pública puede seguir hablando de agricultura ecológica, pero si no se prohíben los transgénicos, tarde o temprano, con una falsa coexistencia, la agricultura convencional y ecológica desaparecerán.

Las experiencias de comedores ecológicos en Italia son iniciativas a tener muy en cuenta y a seguir, a la vez que son una de las principales fuentes de viabilidad de la agricultura ecológica y campesina italiana. Tomemos nota.


+ info: http://esthervivas.wordpress.com


*Entrevista realizada por Pablo Bolaño y publicada en The Ecologist, nº41.

Haití: Marcha contra Monsanto y por la soberanía alimentaria

Puerto Príncipe, 7 de junio 2010

Varios miles de campesinos y campesinas de todo el país se manifestaron contra Monsanto y sus cómplices en Hinche después de la convocatoria del Movimiento de Papaye (MPP), de las organizaciones campesinas y movimientos sociales como Movimiento de los Campesinos del Congreso de Papaye (MPNKP), de TK (Tèt Kole), de la Coordinación Regional de las Organizaciones del Sur Este (CROSE), del Movimiento Reivindicativo de los campesinos de Artibonite (MOREPLA), de la Plataforma haitiana de apoyo por un desarrollo alternativo (PAPDA), Red Nacional Haitiana por la Seguridad y la Soberanía Alimentaria (RENAHSSA), de la Plataforma de las organizaciones campesinas haitianas (PLANOPA), del grupo « Kaba grangou » (para acabar con el hambre) junto con la Vía Campesina (Haití , Republica Dominicana, Brasil y Canadá) y otros países amigos como Estados Unidos, Francia e Italia , sin olvidar a los periodistas de varios medios de comunicación nacionales e internacionales.
El viernes 4 de junio del 2010, se manifestaron juntos y juntas todos y todas saliendo del centro de formación del MPP "centro Lakay" hasta Hinche (alrededor de 7 Km.) para exigir el respeto a la soberanía alimentaria del país y en contra de Monsanto y sus cómplices en Haití.
El día 3 de junio por la noche, se emitió un documental en la sala cultural de la iglesia Católica en Hinche, explicando las consecuencias negativas de los productos de Monsanto en lugares como América Latina y el apoyo que recibe dicha empresa multinacional por parte de la Administración para el Control de Alimentos y Medicinas de EEUU (FDA) para distribuir sus productos en el territorio americano.
El viernes 4 de junio, para iniciar la marcha los y las manifestantes sembraron simbólicamente maíz criollo en una granja experimental de MPP que simboliza la determinación de consumir maíz criollo a partir de semillas locales orgánicas y también plantaron árboles para marcar el día internacional de medio ambiente.
Después, al ritmo del tambor e instrumentos de viento como el bambú, la música y los gritos, los manifestantes caminaron hasta Hinche con sombreros artesanales en los que se podía leer "ABAJO Monsanto" y "ABAJO Preval" y con camisetas rojas reclamando, entre otras cosas, el fin de la soberanía alimentaria. En la plaza Charlemagne, el director ejecutivo de MPP y miembro de la CCI de la Vía Campesina, D. Jean Baptiste Chavannes, leyó la declaración final escrita por las organizaciones campesinas haitianas y movimientos sociales haitianos para luego quemar parte del maíz en venenoso como gesto de rechazo del regalo mortal de Monsanto al gobierno haitiano. Después de quemar el regalo maldito, se distribuyeron semillas criollas como maíz y varios tipos de frijoles a los y las participantes.
Los y las participantes no solamente se solidarizaron con el sector campesino, sino que también aprovecharon el momento para mostrar su oposición a la política del gobierno de Rene García Preval (Presidente desde el 14 de mayo del 2006) y Joseph Jean Max Bellerive (Primer ministro desde el 11 de noviembre del 2009), acusándoles de ser cómplices del imperialismo al vender el patrimonio nacional del país.
Vía Campesina Caribe
e-mail: viacampesinacaribe@yahoo.es

Argentina: Subregistro del 200% en mortalidad materna

ARTEMISA

Un estudio en la Ciudad de Buenos Aires dio como resultado un subregistro del 200% en los índices de mortalidad materna. Según la investigación por cada mujer cuya muerte apareció registrada como 'mortalidad materna', se encontraron dos más que no habían sido evaluadas en los registros.
'La falta de información confiable habla de severos problemas de calidad. Hoy no tenemos una política efectiva de prevención en salud sexual y reproductiva' señaló Jorge Vinacur, presidente de la Sociedad de Ginecología y Obstetricia de Buenos Aires (SOGIBA), que llevó adelante la investigación junto con el Gobierno de la ciudad:

El subregistro de los índices conocidos como mortalidad materna (la muerte de mujeres gestantes -antes, durante o después del parto-) preocupa hace años a quienes investigan, sobre todo en regiones despobladas o aisladas del país donde puede ser difícil establecer el motivo real de la muerte de una persona.

Según los datos difundidos a fines del 2009 por el Ministerio de Salud de la Nación, en Argentina murieron, en el año 2008, 296 mujeres por razones vinculadas a la mortalidad materna.La investigación realizada por SOGIBA en colaboración con la Dirección General de Estadísticas y Censos del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), investigó, durante el mismo año, las muertes de más de 400 mujeres en edad reproductiva en el ámbito de CABA (fallecidas en establecimientos públicos, privados y de obras sociales) y encontraron 23 muertes que podrían caratularse como 'mortalidad materna' y que no aparecían en los registros oficiales, donde sólo figuraban 10.

'Esto sucede en la ciudad de Buenos Aires, que tiene índices top de mortalidad materna. No podemos estimar cuál es el subregistro en el resto del país' señaló Jorge Vinacur, presidente de SOGIBA durante la presentación del informe. Y agregó que 'la falta de información confiable habla de severos problemas de calidad; hoy no tenemos una política efectiva de prevención en salud sexual y reproductiva en Argentina'.

Vinacur participó, 20 años atrás, de una investigación, con la misma metodología que la actual, que abarcó CABA pero también Córdoba y Tucumán (donde los índices oficiales de MM son más altos) y que dio como resultado un subregistro más bajo: del 100%. O sea, que la calidad de la medición habría empeorado.

Las muertes subregistradas mantienen el predominio de las causales directas de mortalidad materna (aborto, hipertensión, hemorragia, sepsis, entre otras) por sobre las indirectas (enfermedades que las mujeres tenían desde antes de quedar embarazadas); sin embargo, aumenta considerablemente la incidencia del aborto. En el registro oficial de 10 muertes, sólo 1 había sido como consecuencia de la realización de un aborto inseguro; mientras que al contabilizarse las nuevas 23 muertes, se encontraron que 4 se debieron a esta causa. En el registro total, de 33 muertes, 5 habrían sido consecuencia de abortos inseguros: 22%.
Muchas de estas nuevas muertes maternas halladas por la investigación se produjeron en las terapias intensivas de las instituciones, razón por la cual la propuesta de SOGIBA es sensibilizar a las y los especialistas de este sector para mejorar el registro de las defunciones.

Juicio Campesino y Popular a los Transgénicos

La contaminación transgénica del maíz, un crimen de lesa humanidad
La controversia mundial sobre transgénicos, con todos sus actores puestos en escena, se da cita en Guadalajara la semana que comienza. Mientras que la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) realiza una conferencia técnica internacional sobre “Biotecnología Agrícola para los países en Desarrollo”, que ha sido denunciada por su sesgo a favor de las empresas de transgénicos, decenas de organizaciones de la sociedad civil mexicana e internacional tanto del campo como de la ciudad, manifiestan su rechazo a estos cultivos, a la liberación del maíz transgénico en México, centro de origen del mismo y al intento de la FAO por legitimarlos. Redes campesinas llevarán el caso ante tribunales internacionales.
“El gobierno mexicano, contra la opinión y los intereses de la gran mayoría de la población, autorizó 24 permisos de siembra experimental de maíz transgénico en varios estados. Esto fue una provocación, porque desde todos las perspectivas, sean rurales, urbanas, campesinas, técnicas, científicas, han habido argumentos mostrando que no tiene sentido liberar maíz transgénico en el centro de origen. Ahora, la Red en Defensa del Maíz, la Vía Campesina y la Asamblea Nacional de Afectados Ambientales estamos convocando a construir colectivamente un expediente para llevar el caso ante tribunales internacionales” explicó Evangelina Robles , abogada e integrante del Colectivo Coa , con sede en Jalisco y parte de la Red en Defensa del Maíz.
“Para ello, llamamos a una primer Audiencia el 2 y 3 de marzo en Guadalajara , donde invitamos a participar campesinos, indígenas, activistas, intelectuales, abogados, científicos, para presentar sus testimonios y acusaciones y construir el caso. Contamos también con la experiencia de personas de otros países que también contribuirán, así como con el respaldo de organizaciones internacionales como Grain y Grupo ETC, con larga experiencia internacional en el tema de transgénicos. Creemos que la contaminación transgénica del maíz es un crimen de lesa humanidad, porque estamos en el centro de origen del maíz, no sólo para México sino para todo el mundo”.
Eutimio Díaz, del pueblo wixarika, participante de la Red en Defensa del Maíz desde su comienzo en 2001, presentará su testimonio desde la experiencia de las pueblos indios, en la Audiencia Popular titulada “ La contaminación transgénica del maíz, un crimen de lesa humanidad” , que se realizará en el Museo de la Ciudad. “El maíz es parte de nuestra vida, de nuestra historia, economía, de quiénes somos. Lo cuidamos, lo crecemos y él nos hace crecer y nos cuida, nos da de comer y nos sostiene. Perder el maíz es muerte para los pueblos y a eso se dirige el gobierno permitiendo que las empresas transnacionales lo contaminen y se apoderen de él, es otra forma de guerra contra los pueblos indígenas y no lo permitiremos. Seguiremos resistiendo los transgénicos y cuidando nuestras semillas.”
Para el día 3 de marzo, de 16 a 19 horas en la plaza Escorza de Guadalajara, la organizaciones convocan también a un “Juicio campesino y popular a los transgénicos”, con las contribuciones vertidas en la audiencia y expresiones culturales sobre el tema.
Pat Mooney, Premio Nobel Alternativo y director ejecutivo del Grupo ETC , organización internacional de la sociedad civil con sede en Canadá, participó en el comité asesor de la Conferencia de la FAO hasta el 23 de febrero pasado, cuando presentó su renuncia en forma pública. Calificó el proceso preparatorio y los documentos base para este encuentro de la FAO entre gobiernos y científicos como “irremediablemente sesgados a favor de las trasnacionales de transgénicos”. Mooney, que ha seguido el trabajo de la FAO por más de 40 años, aceptó participar en ese comité, porque el secretariado de la FAO le aseguró que sería un proceso “justo y equitativo”. Pero la FAO “usó y abusó de mi nombre como miembro del comité para justificar dejar otras organizaciones fuera del proceso, sin recoger ninguno de los puntos críticos que expresé sobre los documentos”. Lo más consideró Mooney, es que en los documentos faltan elementos esenciales tanto científicos como socioeconómicos sobre la biotecnología y los transgénicos. “No se menciona en ninguna parte que la industria biotecnológica está dominada por un puñado de transnacionales. Prácticamente no se mencionan efectos sobre la salud y el medioambiente y tampoco la contaminación de semillas locales.”
Octavio Rosas Landa , del Centro de Análisis Social, Información y Formación Popular (Casifop), y de la Asamblea Nacional de Afectados Ambientales (ANAA), que agrupa a más de 130 organizaciones y comunidades urbanas y rurales de 15 estados del país, agrega “En la Asamblea participan miles de campesinos que serán afectados por la contaminación transgénica de su maíz. Esto se suma a muchas otras agresiones que están sufriendo por la contaminación y depredación de sus territorios, de sus recursos hídricos y biodiversidad, por la instalación de granjas industriales de cerdos, pollos y vacas, por la minería y grandes represas hídricas, y otras. Por ello, la ANAA, en su reciente encuentro nacional con más de 1300 delegados, se pronunció unánimemente contra la siembra y comercio de maíz trasngénico y a favor del cultivo de maíces nativos y locales. Nuestros testimonios se integrarán al expediente de los agravios contra los pueblos del maíz.
Alberto Gómez Flores es delegado de La Vía Campesina, la mayor red global de organizaciones campesinas, con presencia en cinco continentes y cientos de organizaciones. La Vía Campesina América del Norte también convoca al Juicio Campesino y la Audiencia popular. Gómez declara “La FAO afirma que con la biotecnología y los transgénicos van a enfrentar el hambre en el mundo y la crisis climática. Parece que décadas de Revolución Verde no les han enseñado nada. Con agricultura industrial y químicos produjeron mayores volúmenes de algunos granos, pero el hambre en el mundo aumentó, hay más pobres, más desplazados, menos campesinos. Los fertilizantes sintéticos y los transportes son de las principales causas del cambio climático. Con las tecnologías nuevas y sus patentes, las trasnacionales se fueron apropiando de la agricultura. Los transgénicos son el ejemplo más claro del control de las transnacionales sobre las semillas, la agricultura y la alimentación, sobre los campesinos y en definitiva sobre todos. Contaminan a las otras variedades y al suelo, tierra y agua, empeorando todas las crisis. Los campesinos tenemos la capacidad de producir alimentos y enfriar el planeta. Lo que menos necesitamos es que la FAO dé un espaldarazo a las transnacionales para que aumenten la contaminación y los ataques que sacan a la gente del campo"
Red en Defensa del Maíz
Vía Campesina Región América del Norte
Asamblea Nacional de Afectados Ambientales

http://www.biodiversidadla.org/Principal/Contenido/Noticias/Juicio_campesino_y_popular_a_los_transgenicos