miércoles, 19 de mayo de 2010

UNA CORTA EVALUACIÓN DEL IPHU, GUATEMALA

El día 24 de abril del año que transcurre se clausuró el curso de la IPHU, denominado “Salud Intercultural, perspectivas desde los Pueblos Originarios y Afro descendientes de Abya Yala”. La ciudad anfitriona, Chimaltenango, próxima a la capital, Ciudad Guatemala, fue testigo del evento, ya que muchas de las intervenciones se transmitieron por las radios locales. Igualmente, la Asociación de Servicios Comunitarios de Salud (ASECSA), entidad que hizo de sede y parte importan del desarrollo del evento, organizó la ceremonia de cierre del curso, dirigida por guías espirituales mayas, quienes, con idéntico procedimiento realizaron también la ceremonia de Bienvenida, ocurrida el 14 de abril.
De esta forma, la espiritualidad de un pueblo que alcanzó los más altos niveles del desarrollo civilizatorio en América, y que ha sufrido a partir de la invasión española, los más cruentos y salvajes actos de genocidio organizado, entregó su cuota más preciada, entendida en su ritualidad y saberes ancestrales, tan celosamente guardados a lo largo de generaciones.Pasado este acto, la evaluación necesaria de todo lo ocurrido a lo largo de diez días de intensa labor, por parte de los estudiantes, docentes, facilitadores y organizadores, tocó varios aspectos que creemos sistematizar en los siguientes elementos:
El tema de la interculturalidad en América Latina tiene niveles de discusión muy distintos, dependiendo de cada uno de los países, puesto que, mientras en Bolivia y Ecuador se ha tratado el tema desde hace ya tres décadas, llegando como consecuencia de ello a inscribirse en las respectivas Constituciones la categoría de Estados Multinacionales, en otros, el debate se halla en curso, existiendo un buen número de sociedades en las cuales el tema es poco conocido o simplemente se desconoce.
Fue igualmente visibilizada la interculturalidad como un diálogo entre todas las partes de los conjuntos sociales: indígenas, afro descendientes, blancos, mestizos y demás participantes del mosaico étnico y cultural que define a nuestros pueblos.
En este proceso se entiende la urgencia de descolonizar nuestros pensamientos y acciones, a fin de generar una relación entre iguales, como parte fundamental del diálogo de saberes que se busca construir.
Las minorías que se entienden por sus preferencias sexuales, grupos marginales y otros, también deben participar en este proceso, puesto que conllevan igualmente saberes y experiencias, en algunos casos, propios de la realidad contemporánea en que vivimos.
La riqueza cultural de los pueblos y naciones de América Latina, su conocimiento del medio físico, etc., guardan un enorme potencial en relación con la atención primaria y la salud en general, incluso de personas con enfermedades que se dicen propias de esta época.
Como parte de un proceso histórico en el cual se estructuraron los territorios étnicos, que quedaron desmembrados o seccionados a raíz de la invasión, es fundamental en los actuales momentos, iniciar un camino de reconstrucción de los mismos, ya que en estas unidades físicas se hallan contenidos los ejes articuladores del buen vivir, a través de la satisfacción de las necesidades más importantes del ser social, su cosmovisión y cultura, que no son otra cosa que esa especial relación que establecen los pueblos con la naturaleza en donde viven y han vivido.
Dada la importancia del tema, el debate sobre la interculturalidad ya no se centra únicamente en el área de la salud, puesto que la misma es una vertical que atraviesa todos los aspectos de nuestras sociedades, incluyéndose como un determinante en la perspectiva del cambio social.
Por lo mismo, queda claro que se deben construir los puentes articuladores entre la cultura y la política. O dicho de otra forma, elevar las categorías culturales y su vivencia al nivel del discurso y la acción política.Finalmente, vale comentar que este curso, luego de una rigurosa selección entre las 310 personas que aplicaron, habiendo sido seleccionadas sólo 50 provenientes de 17 países latinoamericanos, tuvo como característica la organización y disciplina con la que se realizaron cada uno de las sesiones de trabajo, terminando las jornadas con actos culturales, hasta bien avanzadas las horas de la noche.
Por todo ello, por lo aprendido y compartido, por lo que dejamos y trajimos cada uno de los participantes, nada más que un abrazo fraterno y hasta el próximo IPHU, mientras que entre telones se ve venir la Tercera Asamblea Mundial de la Salud de los Pueblos.

Jaime Idrovo Urigüen

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